La
ermita, antiguamente en todas las visitas
desde el año 1650 al 1728, era conocida como “Montes Negros”, si bien,
en las
cuentas del año 1703 se le da ya el nombre de Pedrera, y a partir de
1710,
admite los dos nombres. Actualmente se llama ermita de nuestra señora
de “La Pedrera”. No existe la cofradía con dicha titularidad.
Fácilmente se comprenderá esta última acepción
por lo pedregoso del terreno y abundancia de grandes moles de piedra que
existen en el lugar donde está enclavada
la ermita. En cuanto a “Montes Negros” no hay evidencia de que tanto en
tiempos pasados como ahora exista algún mineral que pueda dar lugar a este
nombre, al igual que en las fincas inmediatas de Tardajos y Mangas.
El término donde
está ubicada la ermita es la dehesa de
Quintos (de más de veinte hectáreas.)
Los primeros
datos referentes a la cofradía, como ya se ha indicado con anterioridad, datan
de 1647, aunque ya existía con anterioridad, tal como puede comprobarse en las “Ordenanzas
de Granja de Moreruela” (1585, Archivo Municipal de Benavente.Tumbo de
Moreruela, signatura 11.1 de la casa del
Cervato Rodríguez.)
“Otrosi hordenamos y mandamos que se
guarde la loable costumbre que el concejo tiene segun es de boto de yr todos
los dias de San Marcos en prozesion a Nuestra Señora de la Pedrera y el dia de
San Juan de Mayo a Nuestra Señora de Moreruela y que de cada casa bayan
a misa por lo menos dos personas que tengan de quince años arriua cada una si
las hubiere sopena que cada persona que faltare pague un rreal para la fabrica
de la dicha yglesia de San Juan y la mesma pena se execute en cada uno de los
que no guardaren las fiestas de Santa Baruara Santa Brigida San Gregorio y de
San Adrian y Sant Antonio de henero por ser botos antiguos de concejo y el dia
de nuestros padres San Benito y San Froilan no es de premia pero podran guardar
los que tubieren debucion por ser nuestros Patrones y padres y por lo menos les
encargamos que oygan misa todos en las tales festiuidades y mandamos al padre
cura en virtud de santa obediencia que no salga a otras prozesiones ni
cofradias fuera del obispado.”
Se conserva un único libro en el
archivo parroquial de Bretó, propio de la cofradía, que consta de 44 folios forrado con pergamino, en mal
estado, siendo ilegible en muchas zonas.
El citado libro empieza en el año 1647 y finaliza en el año 1737.
Cosido a él hay un cuadernillo o separata en 8ª que contiene las visitas
pastorales efectuadas los años 1650, 1652, 1653, 1654 y las cuentas del año
1647.
Tuvo esta cofradía una ermita propia situada en la llamada dehesa de
Quintos, esta finca pertenece en la actualidad al duque de Sotomayor (1955.)
Dista de Bretó 7 kilómetros en
dirección sur en las inmediaciones del río Esla. Está ubicada en el término de
Santa Eulalia de Tábara (en el siglo XVIII pertenecía dicho pueblo al
marquesado de Tábara.)
En 1647 las primeras partidas de aportación económica las suministran
los concejos de Granja, Bretó y Santovenia.
En 1650 la ermita está en ruinas debido a la crecida del río, los
objetos litúrgicos se custodian en la iglesia de Bretó. Se manda reedificar la
iglesia con la ayuda de los pueblos circunvecinos, aunque nunca figura la
aportación del municipio de Santa Eulalia.
En 1655 en un informe del visitador se dice que la imagen de la virgen
no está con la debida protección y que se haga un nicho o retablo para dicha
imagen, teniendo en cuenta que hay renta suficiente para ello, lo cual se hará
con la intervención de los señores curas de Bretó, Santovenia y Villaveza, a
quienes encargan hagan el presupuesto de gastos.
En 1752, el párroco D. Pedro Herrero manda pintar el retablo de la
ermita.
En 1804 en la visita que efectúa el obispo, a la vista del mal
acondicionamiento en que se encuentra el edificio, insta al señor párroco para
que recabe del duque del Infantado ayuda para que dote de todo lo necesario
para poder decir misa con aseo y limpieza y de no hacerlo que traiga para
Bretó la imagen y cuanto contenga la
ermita.
En la actualidad (1955), el
ayuntamiento de este pueblo es el encargado de repararla sin pedir permiso y
sin intervención alguna del cura de Santa Eulalia ni del de Granja y
Santovenia, a pesar de pertenecer a la jurisdicción del primero.
Fue patrón de esta ermita el duque del Infantado, marqués de Tábara,
por esta razón el alcalde mayor de Tábara, en 1672, da entrega 190 reales para la reparación de
la ermita.
Prueba de la mucha importancia de la ermita y la devoción a la virgen
de Montes Negros, es el mandato de la visita del año 1630 en el que se ordena
nombre un ermitaño “otrosí por quanto ay mucha devoción con la imagen deste
santuario y conviene que aya ermitaño que asista para poner la ermita avierta
quando se viene a dezir misa nombre por ermitaño su merced a Jose Zancon vecino
deste lugar y se le encargue de la asistencia y limpieza de dicha ermita y se
le de de salario lo que se juntare de limosnas de las azeñas de Quintos y ese
nombramiento se entiende abonándose la justicia deste lugar. Ante mi Antonio
Andres Salazar; rubricado. (6 de julio de 1664.)
A este fin en el 1664, en cumplimiento del mandato se construye la casa
del ermitaño que cuesta 818 reales.
¿Cuántos cofrades y qué obligaciones tenían? No se sabe ya que no se
conservan las reglas fundacionales. En algunas visitas se indica “mandar decir
las misas y que procurasen moderar los gastos de las colaciones”. Es de
advertir que en ninguna de las cuentas de los años 1647-1737 que contiene el
libro de la cofradía se data cantidad alguna por las colaciones ni por las
misas, sólo por los gastos de construcción de la ermita, reparación de la misma
y adquisición de determinados objetos.
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