DEL AMBIENTE Y DE LA VIDA: NUEVOS COMUNEROS
(Antonio Zozaya. Mundo Gráfico. Revista popular ilustrada. 6/02/1918,
Madrid, año VIII, nº 328) (Información proporcionada por Fernando Miñambres)
“En Villarrín de Campos una
modesta villa con ayuntamiento, der la provincia de Zamora, partido judicial de
Benavente, diócesis de León. Audiencia territorial y capitanía general de
Valladolid. Quien guste de adquirir otros datos, puede consultar cualquier
diccionario geográfico, y sabrá que cuenta con unos 950 habitantes , que se
halla situada en una suave pendiente, que produce cereales, pastos y legumbres,
que cría algunos ganados vacunos, ovinos y cabríos, celebra una feria anual el
último domingo de septiembre. Tiene iglesia parroquial y escuela y recibe de
Villafáfila la correspondencia.
Pero es ciertamente que si
queréis imaginar algo que se acerque a la belleza de su fértil y dilatado
término, no penséis en las montañas ásperas y fragosas, en los densos bosques
de robles y encinas, en las enmarañadas jarales y el suelo desgreñado de algún pueblo
de Alcañices; pensad antes en las risueñas confluencias de los valles de
Vidriales y de Valverde, del Órbigo y del Esla, en las deliciosas vegas que el
siglo X sembró de monasterios , y el florecimiento de los últimos disidentes,
basadas profundos arroyos, fuentes y manantiales, amenísimas huertas, lozanos
plantíos y riberas arenosas, inundadas por las corrientes que se tiñeron tantas veces en sangre pura
céltica.
Por Villarrín pasó Bernardo del
Carpio, símbolo del pueblo español, que se alzó contra la traición del rey
Casto; por allí la pompa de las cortes de Alfonso IX mucho más tarde la arrasó
la formidable hueste anglo portuguesa que puso cerco a Benavente y fue
derrotada por Álvaro de Osorio; por allí desfiló la brillante cohorte de Juan
II; Villarrín vio la pujanza de los Pimenteles y la locura de doña Juana y oyó
el hervor de las Comunidades. Todavía en sus piedras hay recuerdos de los
Templarios y de la grandeza del de Osuna; es prócer su humildad y heroico su
abolengo; por las venas de sus campesinos corre neta sangra española. Y
Villarrín, ignorado, escondido, humilde en apariencia, no se resigna a la
servidumbre; y en época de decadencia y postración, se ha erguido altivo en sus
solar y ha enviado su mensaje libertador a los puntos cardinales de la
península; un mensaje que comienza o debo comenzar con estas palabras: “A todos
los pueblos de España que trabajan, que sufren injustamente y se resignan sabed
y entended”.
Y, a continuación formula enérgicamente
su programa, que se haya dispuesto a imponer a sus procuradores en Cortes, a
sus representantes y a sus voceros, y que invita a hacer aceptar a los suyos y
a todos los ayuntamientos dignos y honrados. Quien quiera representar a
Villarrín habrá de jurar no aumentar los impuestos, defender la equidad en la exacción,
la terminación del catastro, la
desgravación de las tierras productivas y la agravación de las que son
estériles por la voluntad de sus dueños; aumentar el `presupuesto e lo
referente a obras públicas, fomentar la construcción de las vías de
comunicación y de los canales de riego, obligará a los ingenieros a dejar sus
cargos burocráticos y a recorrer y a estudiar el pañis; combatirá los sueldos
superiores a 8000 pesetas, y pedirá el aumento de los ínfimos y del mezquino
haber del soldado; amortizará las plazas de empleados y militares, impondrá a
ministros y altos funcionarios la moralidad privada y pública, los hará
responsables, reducirá el haber del Soberano en más de un 50%, y destinará
grandes sumas a la cultura, a la enseñanza industrial y agrícola; combatirá los monopolios y seguirá más
orientaciones, en suma, señaladas por Costa y Ganivet.
El alcalde de Móstoles en fecha
memorable envió a todos los pueblos este enérgico bando: “Madrid perece víctima
de la perfidia extranjera. Españoles, acudid a salvarlo”. La junta de
contribuyentes de Villarrín de Campos envía a todos los buenos ciudadanos esta
proclama no menos enérgica: “España sucumbe víctima de las codicias y las
inmoralidades. Españoles: ¡acudid a salvar su bienestar y su decoro!”
No sé lo que contestarán ni si contestaron las otras Juntas de contribuyentes. Sé que Villarrín ha cumplido con su deber y que si la patria se derrumba no será por su culpa. Villarrín arrostrará las iracundias de los caciques, las represalias de los explotadores, las injusticias de los gobiernos, el desdén de sus hermanos en sufrimientos que no saben o que no pueden escuchar. Justo es que ante el más humilde, pero el más generoso de los pueblos se descubra esta vez el más modesto, pero el más impresionable y el más entusiasta de los escritores”
No hay comentarios:
Publicar un comentario