domingo, 9 de agosto de 2020

VILLARRÍN DE CAMPOS CONTRA LA DESPOBLACIÓN


Villarrín, listo para “dar el golpe” a la despoblación
El entorno natural de las salinas, el campo de golf, los palomares o sus singulares tradiciones pretenden atraer a turistas y repobladores que huyan de las ciudades
Alejandro Bermúdez. La Opinión-El Correo de Zamora (9/8/2020)

En el corazón de la estepa terracampina, justo en el punto donde el agua de las salinas comienza a fluir por el río Salado, se alzaba Villarrín de Campos como un pueblo cerealista, sobrio de carácter pero próspero, como atestigua su impresionante iglesia renacentista y el rico retablo que esconde en su interior. Con los años, la modernización del campo empujó a los hijos de los viejos labradores a emigrar a las ciudades, y los cerca de 2.000 habitantes que se juntaban en Villarrín a mediados del siglo XX se han convertido en menos de 400 en la segunda década del XXI. Recientemente, las dos pequeñas industrias del municipio, una quesería y una fábrica textil, se trasladaron a un polígono más próximo a Zamora, en Coreses.
Villarrín parece haber perdido su poderío y su esplendor de antaño. Y sin embargo, este verano el municipio está más lleno que nunca. Después de pasar varios meses confinados en sus pisos de las ciudades, los nietos de los villarrinos vuelven al pueblo de su familia buscando lo que no encuentran en casa: espacios abiertos, aire puro, naturaleza, tranquilidad... Cuando millones de españoles urbanitas miran al mundo rural con envidia surgen nuevas oportunidades para los pueblos, y pocos lugares como Villarrín están mejor preparados para aprovechar esta segunda oportunidad y “dar el golpe” definitivo a la despoblación.
Para empezar, Villarrín tiene el privilegio de encontrarse rodeado de unos humedales de fama internacional entre los amantes de la ornitología, en una Reserva Natural que es el hogar de la mayor población de avutardas –el ave voladora más grande que existe– de todo el mundo, y es un municipio posicionado a menos de media hora de carretera de Zamora y Benavente, y a una hora por autovía de capitales como León, Salamanca y Valladolid; una ubicación estratégica tanto para atraer turistas como para que sus habitantes puedan desplazarse a la ciudad en busca de ciertos servicios que no hay en los pueblos. No obstante, Villarrín tiene la suerte de contar con algunos servicios esenciales como un centro de salud con sala de urgencias abierta las 24 horas del día, y una escuela.
Quienes mejor “venden” las bondades de Villarrín son los propietarios de los dos alojamientos que existen en el municipio. Junto a la carretera que sale hacia Castronuevo de los Arcos se ubican las Casas Rurales “Alvadá”, regentadas por José Luis González Martín. Este enamorado de la naturaleza y de la caza explica a sus invitados con gran pasión las distintas especies de aves que pueblan las estepas y las lagunas de la zona, dos ecosistemas singulares que por sí solo son capaces de atraer a turistas de toda Europa que visitan estos pueblos en abril para fotografiar “la rueda”–el celo de la avutarda– o en invierno, de octubre a enero, para divisar las aves acuáticas de los humedales. En otoño y primavera el visitante suele proceder de Madrid o de las ciudades del noroeste de España, gente que busca “desconectar” durante un fin de semana.
Pero desde el final del estado de alarma el atractivo turístico de esta casa rural ha pasado a ser su jardín con barbacoa y su piscina privada. “La demanda es muchísimo más alta que otro verano, todos los días estoy denegando reservas porque la temporada está completa. La gente busca aislarse y tener un sitio donde tomar el sol y bañarse sin mascarilla”, explica el emprario, que además no alquila las casas a dos familias a la vez para evitar que personas no convivientes se crucen en las zonas comunes.
Este inusual incremento de la demanda es una muestra más de que destinos rurales como Villarrín están muy de moda “por culpa” del COVID-19. Además,la pandemia ha acelerado el proceso de implantación del teletrabajo en todo tipo de empresas del sector servicios, en esas condiciones el mundo rural puede ser algo más que el rincón donde escapar por una semana para después volver a la rutina diaria ¿Se producirá una vuelta a los pueblos de profesionales cualificados que pueden trabajar a distancia? El tiempo lo dirá, pero de ser así Villarrín de Campos puede ofrecer de todo a personas que opten por esa nueva forma de vida.
En el municipio se asienta el primer espacio de “coliving” y “coworking” de Castilla y León. Hace un año, adelantándose a los acontecimientos, Patricia García Gómez reconvirtió su alojamiento rural “Laguna de Villardón” para atraer a nómadas digitales: un lugar con habitaciones y con aulas conectadas a Internet donde la gente no solamente puede dormir, sino también trabajar con su ordenador portátil e incluso formarse mientras en sus ratos libres pueden disfrutan de todo lo bueno que ofrece la vida en un pueblo enclavado en un entorno natural tan rico como el que rodea a Villarrín, antes de mudarse a su siguiente destino.
“Google ha puesto a casi todos sus trabajadores en teletrabajo fijo, y muchas empresas fuertes están apostando por esa opción. Si se preveía que en 2035 iba a haber 1.000 millones de nómadas digitales por el mundo, con esto del coronavirus ese cambio va a ser mucho más rápido, y mucha de esa gente busca ir a trabajar sin gastar coche, sin estrés, en un pueblo tranquilo, sin contaminación y con una comida mucho más sana que en las ciudades”, explica Patricia.
Y visitar Villarrín o pasar una temporada teletrabajando desde este municipio ofrece no solo las mismas ventajas que cualquier otro rincó del mundo rural, sino además la posibilidad de practicar un deporte al aire libre que no se puede disfrutar en cualquier sitio: el golf. Este pueblo tiene el único campo de 9 hoyos de la provincia de Zamora, se trata de un campo de golf verde, con una extensión de 24 hectáreas y atravesado por un río que añade cierta dificultad muy atractiva para el jugador “porque te pica, cuando empiezas a jugar pierdes muchas bolas porque hay que pasar un puente, hay que pasar el cauce, y te da esa cosa de querer superarte a ti mismo y ganar la batalla al campo”, explica la alcaldesa de Villarrín, Ainhoa Aranguren, que además es aficionada a este deporte.
Las instalaciones llevan funcionando con éxito desde 1999 y desde siempre atraen a jugadores deZamora, de Benavente, de León y de distintos pueblos de Tierra de Campos, pero en los tiempos actuales el golf se presenta como una alternativa de ocio ideal para jugar sin correr riesgos de contagio el COVID-19, ya que se practica al aire libre, en grupos pequeños de unas cuatro personas y no es un deporte de contacto, se pueden mantener las distancias y no hay obligación de llevar mascarilla al tratarse de una actividad deportiva.
Cabe destacar que a pesar de ser una infraestructura gestionada directamente por el Ayuntamiento de Villarrín de Campos, el campo no supone una carga económica para el Consistorio. Al contrario, los ingresos que genera son más que suficientes para mantenerlo verde, limpio y funcionando todos los días del año y gracias a él en la localidad hay tres puestos de trabajo más, dos a jornada completa y uno a media jornada y, tal y como destaca la alcaldesa “da ambiente, porque atrae a jugadores que repostan en la gasolinera, que van al bar y consumen, y es un atractivo más que Villarrín puede ofrecer sin coste alguno para el pueblo”.
Sin embargo, lo que de verdad diferencia a Villarrín, a sus gentes, y lo hacen un pueblo único en el mundo no es ni el campo de golf, ni las salinas ni ninguno de sus múltiples atractivos turísticos: es el fervor y la pasión con la que se viven y se conservan ciertas tradiciones religiosas seculares propias de esta tierra. En este capítulo destacan la Cofradía de la Vera Cruz y su procesión de La Carrera, en la tarde del Jueves Santo, en la que los penitentes salen de sus casas sin más ropa que un hábito de fino paño blanco que se conoce en el pueblo como “camisa ceplina”. Un ejercicio de penitencia que llevan a cabo con una fe muy profunda como única motivación, ya que salen totalmente cubiertos de sus casas, de forma totalmente anónima.
“El valor que tiene la cofradía es el sacrificio, porque vas desnudo prácticamente, vas descalzo”, explica Manuel Alonso, uno de los penitentes que refundó esta Cofradía en 1993 tras más de dos décadas sin procesión. La Carrera dejó de celebrarse por falta de jóvenes en la localidad, pero nunca cayó en el olvido. “Costó mucho refundarla, porque nuestros trabajos estaban en Madrid, en Valladolid, e incluso tuvimos que coser camisas ceplinas nuevas, porque nuestros antepasados eran más bajitos que nosotros”, recuerda el cofrade.
Casi 30 años después la cofradía cuenta con medio centenar de penitentes y alguien como Manuel Alonso se sigue emocionando como la primera vez: “la camisa ceplina impone, sales de casa dispuesto a cantarle el salmo al Cristo y al ponerte ante su imagen el cerebro funciona de tal manera que los cabellos se ponen de punta, comienzas a sudar, se impregna el rostro con las lágrimas y la emoción no permite que tu garganta funcione”, rememora en el primer año sin La Carrera de Villarrín desde 1993.
La iglesia acoge también al Santísimo Cristo de los Afligidos, que es venerado por 28 pueblos de la comarca que cada 50 años renuevan su Voto al Cristo en Villarrín, aunque los más devotos suelen acudir también a este templo en la fiesta del Cristo, que se celebra el último domingo de septiembre.
La imagen ha abandonado su capilla en muy pocas ocasiones a lo largo de la historia, solo para evitar sequías muy severas “y el Cristo siempre trajo la lluvia que se le pedía, cuentan las crónicas que el agua comenzaba antes de acabar la procesión”, relata el párroco, Santiago Martín Cañizares.

 Villarrín, listo para “dar el golpe” a la despoblación



martes, 4 de agosto de 2020

COOPERATIVA PARA MATADERO DE PICHONES EN MANGANESES DE LA LAMPREANA


Nace una cooperativa para reabrir el matadero de pichones de Manganeses de la Lampreana
La nueva empresa formará a emprendedores dispuestos a aprender sobre la cría de aves y a explotar los palomares terracampinos

Alejandro Bermúdez, La Opinión- El Correo de Zamora :02·08·20

El pasado viernes nacía en Castroverde de Campos la Cooperativa de Pichones de Castilla y León, que reabrirá a lo largo de los próximos meses el único matadero de pichones de la provincia de Zamora, ubicado en Manganeses de la Lampreana, cuyas instalaciones llevan más de cinco años cerradas. La empresa además llevará a cabo acciones de formación a personas interesadas en la cría de estas aves y que estén dispuestas a explotar palomares en la zona de Tierra de Campos para abastecer al matadero.


Un palomar rehabilitado en Villarrín de Campos. | José Luis Fernández

La cooperativa ha sido constituida por cinco socios, aunque está abierta a nuevas incorporaciones. Entre los fundadores está el cocinero Luis Alberto Lera, del famoso restaurante Lera de Castroverde, donde el pichón bravío de Tierra de Campos es el plato más emblemático. También hay tres avicultores que crían pichones en la provincia de Zamora: Emilio Sánchez, Jennifer Sebastián y Luis Manuel Salvador, quien además es el propietario del matadero de Manganeses y aportará las instalaciones para el sacrificio de los animales. La quinta socia fundadora es Patricia García, propietaria del espacio de “coliving” y “coworking” de Villarrín de Campos.
La concurrencia de productores (ganaderos), industria (matadero) y distribución (restauración) en la misma cooperativa garantiza que los ganaderos tendrán a quién vender la materia prima y que a su vez el matadero tendrá asegurado un suministro continuo de animales para funcionar de forma rentable.
Pero la intención de la recién creada Cooperativa de Pichones de Castilla y León es incorporar al sector nuevos criadores en la comarca una vez que abra el matadero de Manganeses, el único de su tipo en la provincia. Para ello, promoverán la creación de un “espacio test agrario”, un tipo de programas muy habituales en países europeos como Francia que tienen por objetivo facilitar el relevo generacional en un subsector agrario concreto.
En el caso de la paloma bravía de Tierra de Campos, la intención de la cooperativa es facilitar a los nuevos profesionales tanto un palomar como un número de aves inicial para que durante unos meses aprendan los cuidados que requieren estos animales y puedan calcular el coste que supondría el montaje de una explotación propia y cuánto tardarían en amortizar la inversión. En esta fase del “espacio test agrario” entran en juego los propietarios de los palomares, que ingresarían un porcentaje de los beneficios por ceder sus construcciones al “espacio test agrario”. También las instituciones públicas, ya que para la organización de cursos para criadores la cooperativa podría contar con la ayuda de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León.
En el caso de los alumnos y emprendedores que no sean oriundos de la comarca, estos pueden encontrar en el espacio de “coliving” de Villarrín de Campos el lugar perfecto donde alojarse hasta que puedan instalarse por su cuenta, y además tendrán a su disposición las aulas para trabajar unidos e ir aprendiendo el oficio de criador de pichón bravío.
Este pueblo es el que reúne el mayor número de palomares en toda la Tierra de Campos, en diferentes estados de conservación.El palomar es el símbolo de la Tierra de Campos. Un elemento de la arquitectura tradicional, construidos con adobe para atraer a las palomas bravías con el objetivo de capturar los pichones para el consumo familiar. Su carne “se comía casi a diario en estos pueblos, más que la de pollo”, recuerda una vecina de Villarrín, precisamente el municipio de Zamora que acumula los mejores ejemplos de estas construcciones tradicionales.
Sin embargo, la despoblación de la zona hizo que muchos palomares fueran abandonados por los herederos de sus antiguos propietarios. La introducción a finales del siglo XX de normativas que impedían la venta de pájaros sacrificados fuera de los mataderos contribuyó a la desaparición de esta forma de vida.
Muchos de los palomares se rehabilitaron con la ayuda de fondos públicos–normalmente llegados desde Bruselas– en las décadas de los 90 y los 2000, pero el tiempo sigue corriendo y algunas de esas construcciones recuperadas comienzan a deteriorarse de nuevo. El cierre del matadero de Manganeses de la Lampreana contribuyó a acelerar la decadencia de los palomares.
Pero todo esto puede cambiar con la reapertura de las instalaciones y la formación de nuevos criadores. Tener un palomar puede volver a ser rentable –para explotar directamente o para alquilárselo a los ganaderos–. Desde la Cooperativa de Pichones de Castilla y León están convencidos de que hay mercado para este alimento, un producto de gran valor. Por ejemplo, la marca Cascajares comienza a comercializar los famosos pichones escabechados del restaurante Lera.
Al dar a los palomares una utilidad económica, se espera que más construcciones estén mejor cuidadas e incluso sean rehabilitadas por iniciativa privada, contribuyendo a mejorar el patrimonio cultural y arquitectónico de la zona y mejorando por lo tanto el paisaje de Tierra de Campos. Los palomares se convertirán en un nuevo atractivo turístico para la reserva de las Lagunas de Villalfáfila y para toda la Tierra de Campos. El pasado mes de junio, el Procurador del Común actuó de oficio para pedir a la Consejería de Cultura de Castilla y león que impulse medidas eficaces que permitan la conservación de los palomares existentes en la Comunidad.
















sábado, 1 de agosto de 2020

REHABILITACIÓN DE UNA CASA DE MAESTRO EN VILLARRÍN DE CAMPOS


Fomento rehabilita la casa del maestro de Villarrín para destinarla a alquiler social
La Junta de Castilla y León costea el 88% de la reforma a través del programa “Rehabitare”, destinado a fijar población en el medio rural

A.Bermúdez. La Opinión- El Correo de Zamora 01·08·20

La Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Villarrín de Campos trabajan estos días en la rehabilitación de una vivienda de titularidad municipal con el fin de destinarla a alquiler social. Se trata de la casa del maestro de las antiguas escuelas, que llevaba varias décadas vacías lo que ha obligado a renovar las tuberías, la instalación eléctrica, puertas y ventanas, además de realizar algunas reparaciones en la cubierta para que vuelva a ser un hogar habitable para una familia.
El presupuesto total asciende a 55.000 euros, de los cuales la Junta de Castilla y León aporta 48.000 y el ayuntamiento 6.900 euros. La aportación de las arcas municipales va destinada a la instalación de una caldera de pellets y a la adquisición de algunos electrodomésticos para la cocina.
Ambas instituciones han firmado un convenio en el marco del programa Rehabitare de la Consejería de Fomento, que tiene por objetivo incrementar el parque público de alquiler social de la Comunidad y fijar población en el medio rural a través de la recuperación de inmuebles en desuso que sean de titularidad municipal. Además, también se configura como un instrumento de reactivación económica y de creación de empleo en los pueblos gracias a la implicación de las empresas locales en las obras de rehabilitación.
Este tipo de viviendas de alquiler social se arriendan a un precio muy asequible inferior a 2 euros por metro cuadrado útil y pueden optar a ellas familias en situación de vulnerabilidad económica.
En el caso de Villarrín de Campos, el ayuntamiento espera que la casa sirva para atraer a una nueva familia con hijos en edad escolar, cuyo empadronamiento en el municipio ayude a mantener las ratios de alumnado en el Colegio Rural Agrupado. Se trata de una casa de planta baja con tres dormitorios, salón y cocina.
Además de la casa que actualmente está en obras en Villarrín, ubicada en la calle Escuelas, el municipio posee otras dos viviendas que ya están rehabilitadas y arrendadas, aunque no en régimen de alquiler social. Una de ellas era la vivienda del conserje en el actual colegio, y llevaba vacía unos 15 años, hasta que el ayuntamiento la segregó y tras un pequeño arreglo pudo destinarla al alquiler, en concreto a una persona que la necesitaba porque trabajaba en la residencia. La otra casa también está alquilada a una familia oriunda de Villarrín, que corre con el mantenimiento del inmueble y que, aunque no la utiliza como primera vivienda, sí paga el alquiler durante los 12 meses del año.
Según explica la alcaldesa, Ainhoa Aranguren, alquilar estas casas beneficia tanto al arrendatario como al ayuntamiento, porque “las viviendas si están cerradas se estropean y originan gastos para evitar que se caigan”. De esta forma las casas se mantienen solas sin un coste adicional para las arcas municipales.








  
Obras en la vivienda del maestro de las antiguas escuelas de Villarrín de Campos. José Luis Fernández