Nace una cooperativa para reabrir el matadero
de pichones de Manganeses de la Lampreana
La nueva
empresa formará a emprendedores dispuestos a aprender sobre la cría de aves y a
explotar los palomares terracampinos
Alejandro Bermúdez, La Opinión- El Correo de Zamora :02·08·20
El pasado viernes nacía en Castroverde de Campos la Cooperativa de Pichones de Castilla y León, que
reabrirá a lo largo de los próximos meses el único matadero de pichones de la
provincia de Zamora, ubicado en Manganeses de la Lampreana,
cuyas instalaciones llevan más de cinco años cerradas. La empresa además
llevará a cabo acciones de formación a personas interesadas en la cría de estas
aves y que estén dispuestas a explotar palomares en la zona de Tierra de Campos
para abastecer al matadero.
Un palomar rehabilitado en Villarrín de Campos. | José Luis Fernández
La cooperativa ha sido constituida por
cinco socios, aunque está abierta a nuevas incorporaciones. Entre los
fundadores está el cocinero Luis Alberto Lera,
del famoso restaurante Lera de Castroverde, donde el pichón bravío de Tierra de
Campos es el plato más emblemático. También hay tres avicultores que crían
pichones en la provincia de Zamora: Emilio Sánchez, Jennifer Sebastián y Luis
Manuel Salvador, quien además es el propietario del matadero de Manganeses y
aportará las instalaciones para el sacrificio de los animales. La quinta socia fundadora es Patricia
García, propietaria del espacio de “coliving” y “coworking” de Villarrín de
Campos.
La
concurrencia de productores (ganaderos), industria (matadero) y distribución
(restauración) en la misma cooperativa garantiza que los ganaderos tendrán a
quién vender la materia prima y que a su vez el matadero tendrá asegurado un
suministro continuo de animales para funcionar de forma rentable.
Pero
la intención de la recién creada Cooperativa de Pichones de Castilla y León es
incorporar al sector nuevos criadores en la comarca una vez que abra el
matadero de Manganeses, el único de
su tipo en la provincia. Para ello, promoverán la creación de un “espacio test
agrario”, un tipo de programas muy habituales en países europeos como Francia
que tienen por objetivo facilitar el relevo generacional en un subsector
agrario concreto.
En el caso de la paloma bravía de Tierra de Campos, la intención
de la cooperativa es facilitar a los nuevos profesionales tanto un palomar como
un número de aves inicial para que durante unos meses aprendan los cuidados que
requieren estos animales y puedan calcular el coste que supondría el montaje de
una explotación propia y cuánto tardarían en amortizar la inversión. En esta
fase del “espacio test agrario” entran en juego los propietarios de los
palomares, que ingresarían un porcentaje de los beneficios por ceder sus
construcciones al “espacio test agrario”. También las instituciones públicas,
ya que para la organización de cursos para criadores la cooperativa podría
contar con la ayuda de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo
Rural de la Junta de Castilla y León.
En el caso de los alumnos y
emprendedores que no sean oriundos de la comarca, estos pueden encontrar en el espacio de “coliving” de Villarrín de Campos el
lugar perfecto donde alojarse hasta que puedan instalarse por su cuenta, y
además tendrán a su disposición las aulas para trabajar unidos e ir aprendiendo
el oficio de criador de pichón bravío.
Este pueblo es el que reúne el mayor
número de palomares en toda la Tierra de Campos, en diferentes estados de
conservación.El palomar es el símbolo de la Tierra de Campos. Un elemento de la
arquitectura tradicional, construidos con adobe para
atraer a las palomas bravías con el objetivo de capturar los
pichones para el consumo familiar. Su carne “se comía casi a diario en estos
pueblos, más que la de pollo”, recuerda una vecina de Villarrín, precisamente
el municipio de Zamora que acumula los mejores ejemplos de estas construcciones
tradicionales.
Sin
embargo, la despoblación de la zona hizo que muchos palomares fueran
abandonados por los herederos de sus antiguos propietarios. La introducción a
finales del siglo XX de normativas que impedían la venta de pájaros
sacrificados fuera de los mataderos contribuyó a la desaparición de esta forma
de vida.
Muchos de los palomares se rehabilitaron
con la ayuda de fondos públicos–normalmente llegados desde Bruselas– en las
décadas de los 90 y los 2000, pero el tiempo sigue corriendo y algunas de esas
construcciones recuperadas comienzan a deteriorarse de nuevo. El cierre del matadero de Manganeses de la Lampreana
contribuyó a acelerar la decadencia de los palomares.
Pero
todo esto puede cambiar con la reapertura de las instalaciones y la formación
de nuevos criadores. Tener un palomar puede volver a ser rentable –para
explotar directamente o para alquilárselo a los ganaderos–. Desde la
Cooperativa de Pichones de Castilla y León están convencidos de que hay mercado
para este alimento, un producto de gran valor. Por ejemplo, la marca Cascajares
comienza a comercializar los famosos pichones escabechados del restaurante
Lera.
Al dar a los palomares una utilidad
económica, se espera que más construcciones estén mejor
cuidadas e incluso sean rehabilitadas por iniciativa privada,
contribuyendo a mejorar el patrimonio cultural y arquitectónico de la zona y
mejorando por lo tanto el paisaje de Tierra de Campos. Los palomares se
convertirán en un nuevo atractivo turístico para la reserva de las Lagunas de Villalfáfila y para toda la Tierra
de Campos. El pasado mes de junio, el Procurador del Común actuó de oficio para
pedir a la Consejería de Cultura de Castilla y león que impulse medidas
eficaces que permitan la conservación de los palomares existentes en la
Comunidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario