Publicado en La Opinión-El Correo de Zamora
(29-04-2017)
En el diario de León (14/03/2017), Ana
Gaitero escribe un artículo sobre las primeras mujeres tituladas en el grado de
Bachiller en el Instituto General Técnico de León (hoy IES Padre Isla), entre ellas cita tres nombres de las pioneras bachilleres: Genara González Linares, Antonia García
Martín y Leonila Alonso Anareta-Protasio.
Largo y laborioso ha sido el camino
recorrido por las mujeres en la conquista de un derecho fundamental como es el
acceso a los estudios de segunda enseñanza.
Analizamos brevemente las principales
disposiciones en esta materia.
En 1885 el ministerio de educación-presidido
por Germán Gamazo- dentro del plan de preparación académica de las mujeres,
incide en dogmatizar el rol tradicional asignado a las mismas, “destinadas a levantar en ellas el espíritu, a afirmar su
individualidad, a formar buenas esposas y buenas madres, a dar al hogar la
belleza y los atractivos que tanto pueden contribuir a retener en él al esposo
y a alejarlo de lugares a donde suele ir a buscar placeres que, por falta de
una cultura apropiada en la mujer, no encuentra en ésta ni en su casa”
La Real Orden de 11-6-1888, dispone que las
mujeres sean admitidas a los estudios de secundaria, como alumnas de enseñanza
privada, y que, cuando alguna solicite matrícula oficial, se consulte a la
superioridad para que ésta según el caso y las circunstancias de la interesada.
El 8 de marzo de 1910, se promulga una Real
Orden en la que dispone que
se considere derogada la citada Real Orden de 1888, y que por los Jefes de los establecimientos
docentes se concedan, sin necesidad de consultar a la superioridad, las
inscripciones de matrícula en enseñanza oficial o no oficial solicitadas por
las mujeres, siempre que se ajusten a las condiciones y reglas establecidas
para cada clase y grupo de estudios, justifica las consultas, referidas a la
autorización para estudiar las mujeres en estudios de segunda enseñanza- si no implican limitación de derecho, por lo
menos producen dificultades y retrasos de tramitación, cuando el sentido
general de la legislación de Instrucción Pública es no hacer distinción por
razón de sexos, autorizando por igual la matrícula de alumnos y alumnas. (Esta
orden se aprueba, siendo subsecretario del ministerio Conde de Romanones).
La orden aprobada el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, es
una afortunada y casual coincidencia.
Por su parte, la
Real Orden de 2 de septiembre de 1910 establece la habilitación tanto para el
ejercicio de profesiones en que sea precisa alguna acreditación académica como,
expresamente, para el ejercicio de cátedras en la propia Universidad.
De este modo
culminaba en España un largo proceso de incorporación de las mujeres a la
educación formal, que suele considerarse iniciado en 1768, año en el que,
reinando Carlos III, se publica la “Real
Cédula de S.M. y Señores del Consejo, por la que se manda observar en Madrid el
reglamento formado para el establecimiento de escuelas gratuitas en los barrios
de él, en el que se de educación a las niñas, extendiéndose a las Capitales,
Ciudades y Villas populosas de estos Reinos en los que sea compatible con la
proporción y circunstancias de cada una y lo demás que se expresa”
En el expediente
académico de Antonia García Martín
(legajo 33/Exp. 36 y registrado
en el Libro de grados de bachiller, hoja 46, nº 24 del archivo histórico del IES Padre Isla de
León) se certifica que ingresó en el
instituto de León- a los once años-el 23
de setiembre 1904 con la calificación de aprobado; se examina para el grado de
bachiller los días 17 y 18 de junio de 1910, de los dos ejercicios que constaba
la prueba , obteniendo la calificación de sobresaliente; el 23 de setiembre del
mismo año le expiden el título de bachiller.
En el registro
académico consta que se examina como alumna oficial y fue muy brillante en sus estudios, en las
asignaturas de ciencias la calificación
es de notable, en el resto de áreas relacionadas con humanidades es de
sobresaliente, incluido el idioma (francés), dibujo y caligrafía, en gimnasia
consta como aprobado. En total las disciplinas cursadas fueron 27.
Estuvo
matriculada antes de la promulgación de la ley del 8/3/1910, por tanto, le
tuvieron que conceder licencia para asistir a clase como alumna oficial.
Emilia Cordero
Sánchez –profesora del IES Padre Isla- facilita datos que ha investigado
referente a una de sus compañeras: Genara González Linares, hija de Augusto
González Linares (1845-1914), catedrático de historia natural de la universidad
de Santiago, Vallalolid y Madrid. Participó en la Institución Libre de
Enseñanza, con quien le unía una estrecha amistad. En 1887 es nombrado director
de la estación marítima de Santander. Fue jefe del museo de ciencias de Madrid,
etc.
Su madre Luisa
de la Vega Wetter, trabajó con su marido en la Institución Libre de Enseñanza,
fue profesora de Francés, Matemáticas y Comercio en la Escuela de la Fundación
Sierra Pambley en Villablino (León)
De los datos
relativos al estudio de su partida de bautismo, consta que fue inscrita en el
libro sacramental correspondiente de la iglesia de Villarrín de Campos (folio
134, Tomo VII), con el nombre de Antonia García Martín, hija de Silverio García
y de Práxedes Martín Sánchez, nacida el 9 de junio de 1893 a las doce de la
mañana.
Su padre era natural
de La Bañeza y su madre de Toro. No son oriundos de Villarrín, aunque sí fueron
vecinos del pueblo al menos durante 10 años. Los padrinos de la niña Mateo Temprano y Victoriana Gómez Alonso, son
de esta localidad. Según datos facilitados, pendientes de verificación, indican
que su padre ejerció como médico en Villarrín.
Fue bautizada
por D. Mariano Vega. Inscrita en el margen izquierdo del folio del libro de registro, figura que contrajo matrimonio
canónico en la iglesia de Cifuentes (León), el 16-10-1926 (tenía 33 años) con
Enrique José Moradona de Vicente (la
nota está firmada por el cura D. Manuel Mayo)
Francisco Trancón Pérez