lunes, 28 de octubre de 2019

MIGUEL ALONSO GÓMEZ (compositor y musicólogo nacido en Villarrín de Campos)


Este trabajo ha sido publicado en el periódico LA OPINIÓN- EL CORREO DE ZAMORA, el 27/10/2019, en el suplemento dominical)

Recordamos que Ángel Alonso , escribió sobre el mismo autor en este BLOG, el día 15/01/2012

Francisco Trancón Pérez

Nace en Villarrín de Campos (Zamora), el 25/08/1925. Fallece en Bilbao el  05/09/2002 Recibe el sacramento de la confirmación en Fuentes de Oñoro (Salamanca), el 15/10/1930. Es ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1947, por el obispo de Ciudad Rodrigo (Salamanca) monseñor Máximo Yarramendi Alcain (Archivo parroquial de Villarrín de Campos, “Libro de Bautismo”; Tomo 10 ,1915-1927, folio 40).

Pasa su infancia en  Villavieja de Yeltes (Salamanca), de la que era párroco su tío Severiano Alonso. Esto fue debido al fallecimiento prematuro de su padre Patrocinio, quedando su madre con  tres hijos (Miguel, Timoteo y Adelina).
El presbítero, ayudado por sus hermanas, acogió en su hogar a los dos varones. Su madre-pasado un tiempo- les llamó para que volvieran al hogar materno; pero tanto las tías como los niños, prefirieron seguir con ellas y el sacerdote.
Recibida la formación primaria, su tío planteó a los hermanos algo muy simple: estudio o trabajo en el campo. Miguel decidió estudiar, iniciando su formación  en el Seminario de Ciudad Rodrigo (Salamanca), sintiendo desde el principio un especial interés por la música.
Realizó los primeros estudios musicales en el Seminario de Ciudad Rodrigo (Salamanca). En 1948 continuó en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde tuvo como profesores a Conrado del Campo y Julio Gómez, entre otros. En 1955 se trasladó a Roma al conseguir, por oposición, el "Premio Roma". En esta ciudad realizó estudios de Musicología en el Pontificio Instituto de Música Sacra, obteniendo en 1958 la Licenciatura en Canto Gregoriano y el Magisterio en Composición y Dirección,
Asiste a  clases de composición de Goffredo Petrassi, y al curso de música electrónica de Franco Evangelisti en la Academia de Santa Cecilia,
 Vivió en Roma, casi diecisiete años, fue organista y maestro de Capilla en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, profesor en San Salvador y colaborador de la revista internacional de música Psalterium, de la que llegó a ser editor y subdirector más tarde. Asimismo fue asesor de la Comisión de Música Sacra de la diócesis de Roma, representante del Secretariado Nacional para la Liturgia y asesor de la Sagrada Congregación de Ritos del Vaticano para la Sagrada Liturgia.
En 1960 se le confió la dirección y reestructuración de la Iglesia Nacional Española en Roma
Desde 1972 desarrolló su actividad profesional en RTVE y en Radio Nacional de España, donde fue jefe del departamento de Promoción Musical de Radio 2, entre 1981 y 1986, y director de Radio Clásica entre 1991 y 1993. También ejerció la delegación de la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE entre 1986 y 1988, y fue director del sello discográfico de RTVE Música entre 1989 y 1991; académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando; etc.
Profundizar en el contenido de su obra es una tarea erudita que ha sido realizada por varios especialistas en el panorama musical, trascendiendo el objeto de este trabajo dedicado a rememorar aspectos relevantes de su vida privada, la “biografía oculta” que no aparece en ningún catálogo oficial.
Como se ha apuntado con anterioridad -salvo los primeros años de su vida- que discurrieron en Villarrín de Campos, los pasó con su tío sacerdote. Obviamente visitó su pueblo durante diversas ocasiones para ver a sus familiares.
De su estancia en Italia donde vivió  (1954-1971), sabemos que tuvo un accidente de circulación muy grave. Su madre se enteró de esta noticia porque alguien –no sabe quién- desde Roma le transmitió por teléfono el percance ocurrido.
Miguel Alonso regresó a España en el año 1971 y decide vivir en Madrid, consolidando una estabilidad laboral a partir de 1974, en Radio Nacional de España.
En 1974 fija su residencia en Madrid en la calle Maestro Victoria.
El domicilio definitivo hasta  su fallecimiento lo establece en la Calle Santiago de Compostela, 60  (Madrid) en la zona de la Vaguada, a partir de 1977.
Diego Carcedo (Biografía musical de Miguel Alonso, 1995), define al musicólogo como un “zamorano-romano un gran conversador, una persona amiga, cuya sencillez y bondad encubren permanentemente tanta categoría humana, tanta capacidad intelectual, mostrándose a cuantos le conocemos con naturalidad.”
Le considera como un ejemplo de trabajo, dedicación, convivencia. No son palabras retóricas, sino fruto de las largas horas que estuvieron juntos por motivos de trabajo, afirma que “si una persona como él se hubiera preocupado de venderse, ahora sería más conocido de lo que es”
Otros rasgos de su personalidad nos lo cuenta su familia. Un hombre sencillo, a veces serio, otras sonriente, pero muy “suyo”. Terco, tozudo, en este aspecto Miguel-decía de sí mismo- que seguía siendo de Villarrín, “hombres de porra de hierro”,  dicho ancestral que conservan los villarrinos.
Al regresar a España en 1971, después de su larga estancia en Italia de diecisiete años, Miguel Alonso no ejerce su ministerio sacerdotal, ni tiene asignada ninguna parroquia, dedicándose intensamente a su trabajo relacionado con  cuestiones musicales y litúrgicas en la Iglesia española como director del Departamento de Música de la Comisión episcopal de Liturgia, y en Radio Nacional de España, RTVE, etc.
Celebra sus bodas de oro sacerdotales  el 6 de junio de 1998, en Ciudad Rodrigo (Salamanca). De los  19 subdiáconos ordenados a finales diciembre de 1947 acudieron 14, cinco habían fallecido.
Días antes, el miércoles 20 de mayo, en la audiencia que Juan Pablo II, dirigida a los peregrinos, saludó –entre otros- a los sacerdotes de Ciudad Rodrigo que celebraban sus bodas de oro y que fueron acompañados por el entonces obispo de esa diócesis y hoy de León, monseñor Julián López.
Aunque por razones profesionales permaneció alejado de su tierra natal, no fue obstáculo para que no la siguiera recordando, señalo algunas circunstancias.
 Publicación de la composición musical del “Himno al Cristo de los Afligidos” de Villarrín de Campos, realizado en Roma en 1961, (coro unisonal y órgano), con texto de José María Lampuerta  Romero. En este sentido hemos de indicar que hay otra versión  de esta pieza, efectuada por Miguel Manzanos (música) y José Morán Salvador (letra),  (F.Trancón, 2010, página 90,  “Enigma del Cristo de los Afligidos”)
Fue miembro fundador del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo” (1967).
En 1989 es editado por Caja Zamora el volumen 4 (correspondiente a la colección de autores e intérpretes zamoranos) dedicado a Miguel Alonso bajo el título “Músicas para Tres Poetas”. Uno de los temas tratados en la partitura está inspirado en  León Felipe, haciendo alusión al poema de este autor “Como tú, piedra”. Dice el compositor que se ha identificado con el pensamiento del poeta “con lo que de fidelidad  a sí mismo hubo en su trayectoria, con su poesía que es canto y grito”   que traslada al “parámetro musical siguiendo el humilde itinerario vivencial”. Miguel Alonso-como su paisano zamorano León Felipe- cree, que  lo sencillo por poca resonancia que tenga, puede al final ser un valor definitivo en su vida. La obra fue escrita en 1984, año del centenario del nacimiento del escritor (11/04/1884).
El 23 de febrero de 1996, con motivo de un homenaje celebrado en torno a su obra, le fue entregada por Gerardo Martín (alcalde de Villarrín en aquella época) una placa en la que se leía su nombramiento como hijo predilecto, en reconocimiento “a la gran labor desarrollada en el terreno de las artes y la comunicación”
En 2004 el ayuntamiento de Villarrín, siendo alcalde Leoncio Flórez, le dedica una calle.
La Opinión- El Correo de Zamora, en su edición del sábado 24 de febrero de 1996, publica un artículo sobre el maestro compositor con motivo de un homenaje que le hicieron en la presentación de “Una biografía musical”.
Julio César Iglesias (director de programa las mañanas de radio I) fue el encargado de introducir el emotivo acto, en el que tomó la palabra, Diego Carcedo (director de radio nacional) y  Miguel Alonso, que dijo que su obra “es un reconocimiento de admiración y cariño hacia mi tierra, Zamora, y mi pueblo, Villarrín de Campos”.
Ana Pedrero escribe una columna al lado de la página central del artículo, destaco dos breves párrafos:” El músico lloró… se emocionó con el reencuentro de los viejos amigos, con la presencia de los de su sangre”.
“El músico lloró. Los políticos fueron una disonancia mal medida, con una presencia masiva, sólo reconocible y afinada en plena campaña”.
Otros aspectos
Miguel Alonso siguió  vinculado a Ciudad Rodrigo. En 1980 era socio del club Interpeñas, dedicado a actividades culturales y deportivas y que aún sigue hoy efectuando estas labores. En el citado año era presidente Ceferino Santos.
En 1971 (a su llegada a España procedente de Italia) sacó el carnet de conducir y lo mantuvo vigente al menos hasta 1991, sin embargo como consecuencia de la muerte de su hermano Timoteo a la edad de 46 años en un accidente de tráfico, le impresionó tanto que dejó de conducir.
Viajó al extranjero por razones profesionales. Tal vez una de las más interesantes la efectuó a Japón en 1981, disfrutó de la hospitalidad del país nipón, en el tiempo que estuvo participó de su cultura, se vistió con el kimono tradicional. Fue con otros compañeros de profesión.
Efectuó encuentros con personalidades destacadas en el ámbito musical  y social de España y del extranjero. Por  no extenderme, subrayo la amistad  con Rafael Alberti y su mujer.
Falleció en Bilbao el 5 de septiembre de 2002. Fue intervenido de una dolencia, pero al parecer contrajo una  hepatitis, cuyas secuelas posteriores serían la causa de su fallecimiento.
Sus restos están enterrados en Villalba de la Lampreana (Zamora) en el panteón donde reposan sus padres.
En el 2003 su familia donó a la iglesia de Villarrín de Campos, un cáliz con el que había oficiado su primera misa al ser ordenado sacerdote.
Tenía proyectado escribir una biografía sobre Conrado del Campo, catedrático de Composición en el Conservatorio Superior de Madrid, que  falleció en 1953. Miguel fue uno de los últimos discípulos de maestro que influyó positivamente en su formación. Reunió mucha información sobre el maestro y adquirió una importante colección fotográfica de su familia.
Miguel Alonso fue un hombre técnico, diríamos que un científico de la  música, aunque tal vez esta definición no la hubiera admitido, ya  que no se ajustaría  a los esquemas de su modestia.
Pero estas cualidades intelectuales, estaban acompañadas de ideales, de sentimientos.
Ortega dice que el hombre ejemplar es creativo, fecundo, busca la verdad, la suya, aunque muchos no la compartan, pienso que Miguel se ajusta a esta definición.
No se olvidó de sus raíces, de Villarrín, de Zamora, no tuvo ocasión de compartir pueblo y paisaje con sus paisanos, con la frecuencia que hubiera deseado, por eso pasa desapercibido,  casi ignorado.
A quien corresponda sugiero esta propuesta. Recuperar la figura del compositor, dando a conocer su obra, su vida. Crear un museo para el recuerdo en el que objetos domésticos, cartas, fotografías, discos, escritos, etc. todo esta colección de piezas desordenadas, inéditas, se reúnan solidariamente para formar un conjunto armónico que sea testimonio de su andadura.
Personas como las de Miguel Alonso-dotadas de un amplio bagaje personal y profesional- son escasas. Es una obligación evitar su olvido y dar a conocer a las generaciones posteriores su existencia, sus enseñanzas, su trabajo, su buen hacer.

FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR SU FAMILIA












lunes, 21 de octubre de 2019

BIENES DE LUIS GUTIÉRREZ 03 (Villarrín de Campos, 1784)



Una montera en 6 reales.
Un guardapie de estameña verde en 36.
Otro de sempiterna azul en 38.
Otro de damasco de lana en 100.
Otro de estameña azul en 24 reales.
Otro tambien de estameña azul en 20.
Ocho varas de estameña azul en piezas en 64.
Nueve varas de carro de oro en pieza en 98.
Trece varas de espolín en pieza en 182 reales.
Un mandil de tafetán doble en 24.
Una almilla de seda nueva en 70.
Otra usada de lo mismo en 30.
Una mantilla de veintidoseno en 45.
Tres cuartas de paño de damas en pieza en 38.
Una tabla de manteles caseros en 22.
Otros más usados en 16.
Media docena de servilletas en 30.
Tres sábanas de lienzo en 90.
Una manta costalera en 25.
Otra mas vieja en 12.
Seis costales de jerga en 54.
Otros dos caseros en 30.
Unas alforjas caseras en 20.
Un albarzón con sus estribos en 16.
Una albarca en 6.
Un freno caballar y un cabezón en 20.
Unos cuévanos en 3.
Un artesón en 8.
Una tenaja en 8.
Un cañadón en 3.
Un cabezal de pluma bueno en 44.
Otro más usado en 30.
Una pila de piedra en 35.
Otra quebrada en 15.
Otra vieja en 8.
La herrada del pozo en 8.
Una tina grande con siete cargas de harina en 500 reales.
una artesa con varillas y una piñera en 26.
Las tablas del estrado en 12.
Una orona en 5.
La tapadera del horno en 5.
Una pala de horno en 1 real.
La sábana del pan en 6.
Tres cerandas y dos cribos en 10.
Un peso de garfios en 4.
Siete libras de pesas de hierro en 14.
Una azada de valladar en 14.
Una azadón de monte en 8.
Seis cargas de trigo a 13 reales fanegas son 312 reales
Dos cargas de centeno a 11 reales fanegas son 88 reales
Tres fanegas de hierbas en 33.
Una orona con un cuartal de garbanzos en 22.
Una ochavas de titones en 10.
Una ochavas con su rasero en 12.
Otra mejor tambien con su rasero en 24.
Un quartal herrado en 12.
Doscientas ochenta y ocho libras de tocino a dos reales y medio cada uno en 720.
Una arroba de manteca a tres reales libra en 75.
Veinticuatro libras de untaza a tres reales en 72 reales
Dos mañizos de morcillas y otras menudencias en 40.
Otro mañizo de longanizas y una espalda de ....
Una orza de tener aceite en 5 reales.
Una tocinera con sus escarpias en 30
Un garavato de hierro en 3.
Cuatro arados con sus arreos en 44.
Siete rejas de arada de peso de 56 libras en 112 reales.
tres enrejadas con sus contazos en 9.
Unas redes de meter paja en 10.
Tres biendas y cuatro biendos en 10.
Cuatro tornaderas y tres rastros en 7.
Una taona de moler garrobas en 16.
Un trillo con su tiradero en 55.
Otro tambien con su cambo en 40.
Otros tres los dos con tiraderos en 33 reales.
Dos pesebres de madera a 20 reales cada uno en 40.
Otros tres pesebres a 15 reales cada uno en 45 reales.
Otros tres a doce cada cada uno en 36.
Dos palas de verano en 4.
Unas escaleras en 3.
Tres yugos de arada con sus arreos en 60.
Otros dos de carro con sobeo en 24.
Un tablón grande en ocho.
Unas parejas de sacar abono en 4.
Dos comederas y una escriña en 3.
Tres cinchos de esparto en 1 real.
Un carro herrado bueno en 300 reales.
Otro tambien herrado en 250.
Tres ruedas viejas de carro en 60.

El documento original se halla en el Archivo Histórico Provincial de Zamora. Sección protocolos notariales: Antonio Carriegos.

Transcrito por Manuel Renau Sancho.

martes, 8 de octubre de 2019

BIENES DE LUIS GUTIÉRREZ 02 (Villarrín de Campos, 1784)




Inventario

 En la misma villa de Villarrín de Campos de los propios 25 días del expresado mes de febrero de 1784 su merced el señor Manuel Temprano alcalde ordinario de ella y asistido de mi el escribano y de don Matías Álvarez, Bernardo Alonso y José Cuerdo inventariadores, tasadores y curadores ad litem nombrados; pasaron a la casa donde vivió y murió Luís Gutiérrez vecino que fue de esta mencionada villa, y habiendo encontrado en ella a Manuela Cuerdo su viuda, e interesados mayores y menores les requirió franqueasen todas las oficinas, alhajas y bienes sin omitir ninguno, bajo la pena de proceder contra los ocultadores a lo que hubiese lugar y habiendo obedecido prontamente, se dio principio en la forma y manera siguiente:
Primeramente una mesa grande con dos cajones la cual tasaron en 60 reales.
Otra sin cajón en 20.
Otra en 8.
Otra en 10.
Otra con dos cajones y cerraduras en 50 reales.
Otra chica con su cajón en 12.
Un escañil de pino, viejo en 7.
Otro de roble de dos pies en 14.
Otro de castaño en 16.
Otro mejor en 18.
Otro mas chico viejo en 10
Otro más viejo en 8
Otro en la cocina en 12.
Otro escañil en el cuarto de la cocina en 5.
Un escaño respaldo en el portal en 16 reales.
Otro en el cuerpo de casa en 18.
Otro en el mismo sitio en 12.
Otro en la casa de horno en lo mismo.
Otro en el cuarto de la cocina en 8.
Una arca de pino en ocho reales.
Otra arca vieja en la cocinica en 4.
Otra en el cuarto de la casa en 60 reales.
Otra en la cocina en 30.
Dos banquillas en 6.
Un banco de matar en 5.
Otro más chico de cuatro pies en 2
Otro en la casa de horno en 5.
Una tenaja para el agua en 9.
Una caldera de cobre en 40.
Un velón de cuatro mecheros en veinte.
Un candelero de metal en 5.
Una mazarina y vaso de peltre en 3.
Una salvilla chica de lo mismo en 4.
Una chocolatera de cobre en 8 reales.
Unas trébedes de tres pies en 10.
Otras mas chicas en 8.
Dos asadores en cinco.
Úna sarten de tres pies en 2.
Otra sin ellos nueva en 5.
Otra mas chica usada en 2.
Otra mas chica y una caceta en 3.
Un cazo de azofar en 6.
Otro mas chico en 5.
Otros tres mucho mas en 6.
Un almirez con su mano en 25.
Un candil de metal en 3.
Otro de hojade lata con su pie en dos.
Otros dos de hierro en 3.
Una clavera en 8.
Otra mas chica en 4.
Un cobre de azofar en 6.
La loza de la cocina con su artesón en 12.
Tres docenas de platos en 12 reales.
Seis fuentes y medias fuentes en 9.
Diez platillos y un salero en 8.
Cinco jarras chicas en 8. ?
Cinco cuadros grandes con sus marcos en 25 reales.
Otros cinco sin ellos en 12.
Seis estampas grandes en 12.
Otras doce mas chicas en 8.
Docena y media de papeles pintados en 3.
Seis láminas chicas en 6.
Otro cuadro grande con su marco en 20.
Un Cristo de yeso en real y medio.
Una cortina de indiana en 18.
Una madera de cama con su jergón y delantera en 36.
Una manta de estameña blanca en 24.
Un cobertor atablerado en 25.
Otro mas usado en 12.
Una colcha de colores en 30.
Otra madera de cama torneada con su jergón y delantera en 52.
Un colchón en 60.
Dos sábanas de lienzo en 70.
Un cobertor de Palencia en 33.
Una colcha portuguesa en 40.
Otra de lo mismo vieja en 22.
Otra de Capillo en 40.
Una anguarina de paño teñido en 36 reales.
Una chupa de lo mismo en 24.
Otra anguarina de pardo vieja en 12.
Una chupa de lo mismo en 6.
Tres pares de calzones en 16.
Una camisa sin estrenar en 24.
Otras tres usadas en 30.
Dos pares de calzoncillos en 8.
Cuatro almillas de lienzo usadas en 24.
Un par de calcetas en 4.
Dos pares de medias en 6.
Un par de zapatos en 5.
Un cinto en 5.

El documento original se encuentra en el Archivo Histórico Provincial de Zamora. Sección Protocolos Notariales Antonio Carriegos.

Transcripción de Manuel Renau Sancho.

viernes, 4 de octubre de 2019

MISIÓN PEDAGÓGICA EN SANABRIA (1934)


Texto publicado en LA OPINIÓN- EL CORREO DE ZAMORA (Dominical de 22/09/2019)




Francisco Trancón Pérez

Sobre las Misiones Pedagógicas en España se ha divulgado su labor de forma inicial a partir de la primera Memoria del Patronato (1931-1933) y posteriormente varios autores se han dedicado a escribir sobre este tema.
El objeto de este trabajo es acercarse al contenido de la  Memoria de  la Misión Pedagógico-Social que fue redactada por Alejandro Rodríguez Álvarez,  (Casona) (1903-1965) con el título de” Misión Pedagógico-Social en Sanabria” (Zamora) publicada en 1935, por el Patronato de Misiones, cuyo contenido había sido difundido con anterioridad en la revista “Escuelas de España, nº 12. Madrid-Diciembre de 1934 (la primera parte) y en el número 13. Madrid-Enero de 1935, se completó con la segunda parte.
Ambos artículos aparecen firmados por Alejandro Rodríguez “Casona”, con el título de “Ensayo de Misión Pedagógico-Social en San Martín de Castañeda”

El contacto con Zamora por parte de Casona se sitúa en el año de 1920, al  presentarse a un concurso floral convocado en esta ciudad con  un romance histórico titulado la “Empresa del Ave María”, siendo premiada dicha obra.
Cronológicamente es la primera publicación de Alejandro Rodríguez Álvarez de la que se tiene noticia aparecida en la revista Polytechnicum, de Murcia, que dirigía su fundador José Pérez Mateos.
Alejandro Casona dirigió esta Misión  en calidad de  Inspector de Primera Enseñanza de Madrid, con la colaboración de los estudiantes D. Carlos Rivera (Agricultura), D. Germán Somolinos (Medicina) y D. Luis Santabárbara (Arquitectura); y los mecánicos D. Antonio de la Paz y D. Miguel González. Se realizó del 5 al 15 de octubre de 1934 y comprendió los pueblos de San Martín de Castañeda, Ribadelago, Galende y Vigo.

Se justifica- en la Memoria- que la creación de la  Misión en San Martín de Castañeda se efectúa por ser “una de las varias zonas desven­turadas de España, donde la penuria material y la miseria es­piritual denuncian un grado de vida primitiva y lamentable. Ante la urgencia del caso el Patronato decidió acudir allí, no sólo con el bien, de la palabra, el libro y la fiesta recreadora, sino además con el beneficio de la alimentación necesaria a los niños, la orientación higiénica, el consejo práctico y la instala­ción adecuada de la Escuela primaria.”

Existen ciertos motivos   que me unen a la Misión en Sanabria.
Alejandro Casona  ejerció la misma profesión que la mía: inspector de educación; pero este vínculo no es determinante, obviando su faceta como escritor en el ámbito literario.
Mi abuelo impartió la docencia en  Ribadelago (1917-1920),  siendo su primer destino como maestro definitivo, había ejercido anteriormente como propietario provisional en diversos pueblos asturianos.  
Le unía una  buena amistad con Gabino Rodríguez (padre de Casona), director de la escuela graduada del Fontán (Oviedo), que participaría en las Misiones de Besullo (Asturias), pueblo natal de Casona. Ambos docentes ejercieron en esta comunidad autónoma y coincidieron en jornadas de formación pedagógica durante algunos veranos en Gijón.
Aunque no conoció personalmente a su hijo Alejandro, sí sabía de él por Gabino y por el seguimiento que hizo sobre el desarrollo de las Misiones de Casona en Sanabria.
A este recuerdo transmitido por mis antepasados, añado una anécdota  curiosa
Cultivaba mi abuela una pequeña huerta (próxima a la escuela de Ribadelago) y lo que le sobraba del consumo familiar (especialmente patatas) las vendía. Las mujeres cuando le compraban este producto hacían siempre el mismo comentario: -“ non vellu lo que hace, pero me parece que está escasu”.
Ella contestaba -“¿cómo si no ves, sabes que está escaso?”

A pesar de ser clasificada la plaza de la escuela de Ribadelago como mixta (niñas y niños juntos), fue regentada por maestros (normalmente eran maestras las preferidas).
En la Memoria se cita la colaboración del docente de Ribadelago (José Enríquez de La Rúa). Con relación a la presencia activa del mismo en la Misión, según investigación que he llevado a cabo,  toma posesión de su plaza el 28/7/1933, y en cuanto al cese aparece referenciado el 10/10/1934, por traslado a otra escuela.
No parece congruente que el maestro fuera nombrado miembro de  la delegación del Patronato de Misiones en San Martín, encargada de proseguir la labor de los servicios implantados (comedor, biblioteca, escuelas, ropero, etc.), considerando que su plaza no estaba ya en Ribadelago. A pesar de lo anteriormente indicado, entendemos que dichas funciones fueron asumidas por el nuevo maestro (Ángel Montero Lucas) que se posesionó de su nuevo destino el 13/11/1934.


Breves apuntes históricos sobre Misiones Pedagógicas

Siendo presidente provisional de la República Niceto Alcalá-Zamora y Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Marcelino Domingo se crea, por Decreto de 29 de mayo de 1931 (Gaceta del 30), el Patronato de Misiones Pedagógicas con el fin de "difundir la cultura general, la moderna orientación docente y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares, con especial atención a los intereses espirituales de la pobla­ción"
Fue nombrado presidente del Patronato de Misiones Pedagógicas, Manuel Bartolomé Cossío.
La obra de las Misiones es llevada a cabo por inspectores de educación, maestros, médicos, estudiantes, conductores de camiones, mecánicos, etc. que participan de forma altruista y voluntaria con la obra “estos colaboradores, algo apostólicos y un poco evangelistas para desarrollar la labor bastan dos cosas: la primera sentirse atraído por las orientaciones en que la Misión se ins­pira, germen de la probable devoción y hasta del entusiasmo venideros; la segunda, tener algo para su ofertorio y aspiración a conquistar la sufi­ciente gracia para llegar con ella al ánimo de las gentes humildes"
El material de trabajo del equipo misionero se compone: de un proyec­tor cinematográfico, con películas educativas y de recreo; bibliotecas para las escuelas de las comarcas visitadas; y gramófonos, con una selección de discos, que después de la actuación, se dejan al maestro para que continúe con la obra iniciada.
Los objetivos de las Misiones- no carentes de idealismo y cierto romanticismo- son directos, operativos y en su mayor parte realizables. Señalan que hay que ir a los pueblos con elementos de acción social inmediata y eficaz; llevar abonos y semillas; enseñar mejoras de los cultivos tradicionales; dotar a las escuelas de material útil, fundar comedores, roperos y de elementos acertados y  precisos para su mejora,  pero no en calidad de regalo, de limosna, ni realizando ejercicios de adoctrinamiento.




Descripciones y relatos de la Memoria de la Misión en Sanabria.

Hago referencia a algunos aspectos narrados por Casona en la Memoria, donde se aprecia el estilo peculiar del autor que se observa en su creación literaria: texto bien escrito y construido, recreación dramática; descripciones llenas de sentimiento y poesía,  con concesión a la fantasía.

 De  D. Pedro, cura de San Martín de Castañeda dice que es " un clérigo rural de breviario y escopeta, discreto en campechanía y devoción caliente”. Le describe como  un sacerdote y campesino de  “manos humildes hechas a la rienda, al azadón y al óleo”.  Esta admirable simbiosis la amplía al ajuar de su hogar, “vive en una pobre casa de adobe enjalbegado, con un claro corredor abierto sobre los linares que rodean el magnífico ábside de San Martín. En un rincón, la escopeta de dos fuegos; balandrán y bonete en un claro, en el testero principal, una litografía, la Purísima de Murillo; una cruz negra incrustada en nácar en la ventana y sobre la camilla con faldas de bayeta verde, el botellín de pólvora y el devocionario..."

El dramatismo de sus palabras alcanza resonancias conmovedoras  en esta descripción 
“Un acontecimiento que impresionó a los integrantes de la Misión  Pedagógica fue la presencia de un entierro en San Martín de Castañeda "... va el cadáver en unas parihuelas, sin ataúd, envuelto  en una sábana blanca, rodeada de gritos y plantos galaicos. Los niños pululan curiosos entre las cruces caídas y una niña repite el planto dramático de las mujeres: ! prenda, prenda... perdónanos, rosa dulce !      Los ojos de los niños presencian cómo al darle tierra, se quita al cadáver la sábana que servirá para otra vez"

Describe a San Martín de Castañeda  forma abreviada con palabras expresivas y pinceladas llenas  de plasticidad “situado al mediodía, apretados establos y viviendas, con una vega rica de linos delante, nogales y castaños.”
Recuerda con desilusión el monasterio en ruinas” dovelas, sillares trabajados, rosetones y dinteles aparecen diseminados en la mampostería de las tapias algunas casas y en las tapias de los huertos”
Define el lago como un enclave “maravilloso, tan quieto y tan rígido, copiando la calma  desolada del pueblo y el paisaje”

De su visita a  El Puente -se celebra un mercado los lunes- lo ve como un poblado de vida ocasional, recinto de un inmenso ferial al que acuden los pueblos sanabreses de Vigo, Galende, San Martín, Ribadelago, Illanes, Pedrazales, etc.
Tiene El Puente durante unas horas, escribe “el abigarramiento de feria; tenderetes de lona, gritos y trapacerías del trato rural, gritería de mantas zamoranas, tintineo de monedas y cristales,  y el gran coro redondo de mugidos y cencerros del toral”. Considera este evento comarcal, como una ocasión para el trato, divulgación de noticias, renovación de alianzas, hallazgo de nuevas amistades.

Casona  considera  a Ribadelago   como “una aldea dramática en la orilla misma del Tera”. Estas palabras desafortunadamente se convierten en una triste premonición de la catástrofe de la rotura de la presa, causando el 9 de enero de 1959, 144 víctimas.

No podía sustraerse a las leyendas sobre el lago, todos tiene la suya referidas a monstruos, ciudades sumergidas, encantamientos, etc.
Relata que sobre el de Sanabria que la ficción  adornada con  ciertas  creencias cristianas, “tiene la lírica paganía de gaélicos y bretones”. Se refiere a Villaverde de Lucena  (Valverde para Unamuno), la antigua capital del Tera “que yace sepultada en el fondo y que la noche de San Juan, suenan anualmente, tristes de lejanía y agua”.  Recuerda que sólo los simples de corazón y los que van a morir las oyen.
Es muy hermosa la descripción que hace  cuando se trasladan en barca a llevar libros y cuadros a Ribadelago, escuchando “el grato rumiar al compás del remo”  evocando las leyendas de San Juan, donde el fuego y el agua, siempre enemigos y siempre juntos.
Para él estas manifestaciones las considera  como ancestrales cultos adónicos de sol y liturgia cristiana, en el solsticio de verano.

Consideraciones

El trabajo realizado en tierras de Sanabria por un equipo de voluntarios se valora como  un ensayo de acercamiento a los humildes, dejando junto a la obra material iniciada una huella moral  que fue correspondida por el cariño, gratitud y emoción de los pueblos de Ribadelago, San Martín, Galende y Vigo de Sanabria.
Sostiene el ideario de las Misiones que la ciudad debe fijar su atención en los “lugares de España que todavía desconocen las ventajas de la civilización.” En esta reflexión reivindicativa a favor de las zonas deprimidas argumenta que tienen  derecho a participar de los bienes generales y entiende que este principio de igualdad entre las personas “obliga sobre todo a las provincias donde las localidades perecen dar sostén y vida material y espiritual a estos pueblos”.
Estas palabras escritas hace 85 años- subrayan como en la época actual-la existencia de  situaciones de desventaja entre los servicios sociales y asistenciales que ofrecen las ciudades frente a los pueblos con escasa población.
Para cada circunstancia o hecho determinado de gran impacto, el lenguaje arbitra unos modos de expresión. En este caso me refiero al término “España vaciada”. Este concepto profundiza en las ostensibles diferencias de uso y acceso a los bienes culturales, materiales, asistenciales, educativos, etc.  que se observan entre las ciudades y los “pueblos dispersos”, alejados de las poblaciones importantes, que tienden a desaparecer o a quedar concentrados en urbes de mayor entidad poblacional.

El Patronato de Misiones donó ocho bibliotecas a la provincia de Zamora, gramófonos, discos, semillas, material higiénico, subvenciones para roperos, cantinas (comedores escolares), etc.
Efectuaron diversas representaciones teatrales en Sanabria.
La realización de esta obra, aunque de corta trayectoria por las circunstancias traumáticas que acontecieron en España dos años después, es digna de elogio y de recuerdo.