Este trabajo ha sido publicado en el periódico LA OPINIÓN- EL CORREO DE ZAMORA, el 27/10/2019, en el suplemento dominical)
Recordamos que Ángel Alonso , escribió sobre el mismo autor en este BLOG, el día 15/01/2012
Francisco Trancón Pérez
Nace en Villarrín de Campos (Zamora), el
25/08/1925. Fallece en Bilbao el 05/09/2002
Recibe el sacramento de la confirmación en Fuentes de Oñoro (Salamanca), el
15/10/1930. Es ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1947, por el obispo de
Ciudad Rodrigo (Salamanca) monseñor Máximo Yarramendi Alcain (Archivo
parroquial de Villarrín de Campos, “Libro de Bautismo”; Tomo 10 ,1915-1927,
folio 40).
Pasa su infancia en Villavieja de Yeltes (Salamanca), de la
que era párroco su tío Severiano Alonso. Esto fue debido al fallecimiento
prematuro de su padre Patrocinio, quedando su madre con tres hijos (Miguel, Timoteo y Adelina).
El presbítero, ayudado por
sus hermanas, acogió en su hogar a los dos varones. Su madre-pasado un tiempo-
les llamó para que volvieran al hogar materno; pero tanto las tías como los
niños, prefirieron seguir con ellas y el sacerdote.
Recibida la formación
primaria, su tío planteó a los hermanos algo muy simple: estudio o trabajo en
el campo. Miguel decidió estudiar, iniciando su formación en el Seminario de Ciudad Rodrigo
(Salamanca), sintiendo desde el principio un especial interés por la música.
Realizó los primeros estudios musicales en
el Seminario de Ciudad Rodrigo (Salamanca). En 1948 continuó en el Real
Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde tuvo como profesores a
Conrado del Campo y Julio Gómez, entre otros. En 1955 se trasladó a Roma al
conseguir, por oposición, el "Premio Roma". En esta ciudad realizó
estudios de Musicología en el Pontificio Instituto de Música Sacra, obteniendo
en 1958 la Licenciatura en Canto Gregoriano y el Magisterio en Composición y
Dirección,
Asiste a clases de composición de Goffredo Petrassi, y
al curso de música electrónica de Franco Evangelisti en la Academia de Santa
Cecilia,
Vivió en Roma, casi diecisiete años, fue
organista y maestro de Capilla en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat, profesor en San Salvador
y colaborador de la revista internacional de música Psalterium, de
la que llegó a ser editor y subdirector más tarde. Asimismo fue asesor de la
Comisión de Música Sacra de la diócesis de Roma, representante del Secretariado
Nacional para la Liturgia y asesor de la Sagrada Congregación de Ritos del
Vaticano para la Sagrada Liturgia.
En 1960 se le confió la dirección y
reestructuración de la Iglesia Nacional Española en Roma
Desde 1972 desarrolló su
actividad profesional en RTVE y en Radio Nacional de España, donde fue jefe del
departamento de Promoción Musical de Radio 2, entre 1981 y 1986, y director de
Radio Clásica entre 1991 y 1993. También ejerció la delegación de la Orquesta
Sinfónica y Coro de RTVE entre 1986 y 1988, y fue director del sello
discográfico de RTVE Música entre 1989 y 1991; académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de San
Fernando; etc.
Profundizar en el contenido de su obra es una tarea erudita que ha sido
realizada por varios especialistas en el panorama musical, trascendiendo el
objeto de este trabajo dedicado a rememorar aspectos relevantes de su vida
privada, la “biografía oculta” que no aparece en ningún catálogo oficial.
Como se ha apuntado con
anterioridad -salvo los primeros años de su vida- que discurrieron en Villarrín
de Campos, los pasó con su tío sacerdote. Obviamente visitó su pueblo durante
diversas ocasiones para ver a sus familiares.
De su estancia en Italia
donde vivió (1954-1971), sabemos que
tuvo un accidente de circulación muy grave. Su madre se enteró de esta noticia porque
alguien –no sabe quién- desde Roma le transmitió por teléfono el percance
ocurrido.
Miguel Alonso regresó a
España en el año 1971 y decide vivir en Madrid, consolidando una estabilidad
laboral a partir de 1974, en Radio Nacional de España.
En 1974 fija su residencia en
Madrid en la calle Maestro Victoria.
El domicilio definitivo
hasta su fallecimiento lo establece en
la Calle Santiago de Compostela, 60 (Madrid) en la zona de la Vaguada, a partir de
1977.
Diego Carcedo (Biografía musical de Miguel Alonso, 1995),
define al musicólogo como un “zamorano-romano
un gran conversador, una persona amiga, cuya sencillez y bondad encubren
permanentemente tanta categoría humana, tanta capacidad intelectual,
mostrándose a cuantos le conocemos con naturalidad.”
Le considera como un
ejemplo de trabajo, dedicación, convivencia. No son palabras retóricas, sino
fruto de las largas horas que estuvieron juntos por motivos de trabajo, afirma
que “si una persona como él se hubiera
preocupado de venderse, ahora sería más conocido de lo que es”
Otros rasgos de su
personalidad nos lo cuenta su familia. Un hombre sencillo, a veces serio, otras
sonriente, pero muy “suyo”. Terco, tozudo, en este aspecto Miguel-decía de sí
mismo- que seguía siendo de Villarrín, “hombres
de porra de hierro”, dicho ancestral
que conservan los villarrinos.
Al regresar a España en
1971, después de su larga estancia en Italia de diecisiete años, Miguel Alonso
no ejerce su ministerio sacerdotal, ni tiene asignada ninguna parroquia,
dedicándose intensamente a su trabajo relacionado con cuestiones musicales y litúrgicas en la Iglesia
española como director del Departamento de Música de la Comisión episcopal de
Liturgia, y en Radio Nacional de España, RTVE, etc.
Celebra sus bodas de oro
sacerdotales el 6 de junio de 1998, en
Ciudad Rodrigo (Salamanca). De los 19
subdiáconos ordenados a finales diciembre de 1947 acudieron 14, cinco habían
fallecido.
Días antes, el miércoles 20
de mayo, en la audiencia que Juan Pablo II, dirigida a los peregrinos, saludó
–entre otros- a los sacerdotes de Ciudad Rodrigo que celebraban sus bodas de
oro y que fueron acompañados por el entonces obispo de esa diócesis y hoy de
León, monseñor Julián López.
Aunque por razones
profesionales permaneció alejado de su tierra natal, no fue obstáculo para que
no la siguiera recordando, señalo algunas circunstancias.
Publicación de la composición musical del
“Himno al Cristo de los Afligidos” de Villarrín de Campos, realizado en Roma en
1961, (coro unisonal y órgano), con texto de José María Lampuerta Romero. En este sentido hemos de indicar que
hay otra versión de esta pieza,
efectuada por Miguel Manzanos (música) y José Morán Salvador (letra), (F.Trancón, 2010, página 90, “Enigma del Cristo de los Afligidos”)
Fue miembro fundador del
Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo” (1967).
En 1989 es editado por Caja
Zamora el volumen 4 (correspondiente a la colección de autores e intérpretes
zamoranos) dedicado a Miguel Alonso bajo el título “Músicas para Tres Poetas”.
Uno de los temas tratados en la partitura está inspirado en León Felipe, haciendo alusión al poema de
este autor “Como tú, piedra”. Dice el compositor que se ha identificado con el
pensamiento del poeta “con lo que de
fidelidad a sí mismo hubo en su
trayectoria, con su poesía que es canto y grito” que traslada al “parámetro musical siguiendo
el humilde itinerario vivencial”. Miguel Alonso-como su paisano zamorano
León Felipe- cree, que lo sencillo por
poca resonancia que tenga, puede al final ser un valor definitivo en su vida.
La obra fue escrita en 1984, año del centenario del nacimiento del escritor
(11/04/1884).
El 23 de febrero de 1996,
con motivo de un homenaje celebrado en torno a su obra, le fue entregada por
Gerardo Martín (alcalde de Villarrín en aquella época) una placa en la que se
leía su nombramiento como hijo predilecto, en reconocimiento “a la gran labor desarrollada en el terreno
de las artes y la comunicación”
En 2004 el ayuntamiento de
Villarrín, siendo alcalde Leoncio Flórez, le dedica una calle.
La Opinión- El Correo de
Zamora, en su edición del sábado 24 de febrero de 1996, publica un artículo
sobre el maestro compositor con motivo de un homenaje que le hicieron en la presentación
de “Una biografía musical”.
Julio César Iglesias
(director de programa las mañanas de radio I) fue el encargado de introducir el
emotivo acto, en el que tomó la palabra, Diego Carcedo (director de radio
nacional) y Miguel Alonso, que dijo que
su obra “es un reconocimiento de
admiración y cariño hacia mi tierra, Zamora, y mi pueblo, Villarrín de Campos”.
Ana Pedrero escribe una
columna al lado de la página central del artículo, destaco dos breves
párrafos:” El músico lloró… se emocionó
con el reencuentro de los viejos amigos, con la presencia de los de su sangre”.
“El músico lloró. Los políticos fueron una disonancia
mal medida, con una presencia masiva, sólo reconocible y afinada en plena
campaña”.
Otros aspectos
Miguel Alonso siguió vinculado a Ciudad Rodrigo. En 1980 era socio
del club Interpeñas, dedicado a actividades culturales y deportivas y que aún
sigue hoy efectuando estas labores. En el citado año era presidente Ceferino
Santos.
En 1971 (a su llegada a
España procedente de Italia) sacó el carnet de conducir y lo mantuvo vigente al
menos hasta 1991, sin embargo como consecuencia de la muerte de su hermano
Timoteo a la edad de 46 años en un accidente de tráfico, le impresionó tanto
que dejó de conducir.
Viajó al extranjero por
razones profesionales. Tal vez una de las más interesantes la efectuó a Japón
en 1981, disfrutó de la hospitalidad del país nipón, en el tiempo que estuvo
participó de su cultura, se vistió con el kimono tradicional. Fue con otros
compañeros de profesión.
Efectuó encuentros con
personalidades destacadas en el ámbito musical y social de España y del extranjero. Por no extenderme, subrayo la amistad con Rafael Alberti y su mujer.
Falleció en Bilbao el 5 de
septiembre de 2002. Fue intervenido de una dolencia, pero al parecer contrajo
una hepatitis, cuyas secuelas
posteriores serían la causa de su fallecimiento.
Sus restos están enterrados
en Villalba de la Lampreana (Zamora) en el panteón donde reposan sus padres.
En el 2003 su familia donó
a la iglesia de Villarrín de Campos, un cáliz con el que había oficiado su
primera misa al ser ordenado sacerdote.
Tenía proyectado escribir una
biografía sobre Conrado del Campo, catedrático de Composición en el Conservatorio
Superior de Madrid, que falleció en
1953. Miguel fue uno de los últimos discípulos de maestro que influyó
positivamente en su formación. Reunió mucha información sobre el maestro y
adquirió una importante colección fotográfica de su familia.
Miguel Alonso fue un hombre
técnico, diríamos que un científico de la música, aunque tal vez esta definición no la
hubiera admitido, ya que no se
ajustaría a los esquemas de su modestia.
Pero estas cualidades
intelectuales, estaban acompañadas de ideales, de sentimientos.
Ortega dice que el hombre
ejemplar es creativo, fecundo, busca la verdad, la suya, aunque muchos no la
compartan, pienso que Miguel se ajusta a esta definición.
No se olvidó de sus raíces,
de Villarrín, de Zamora, no tuvo ocasión de compartir pueblo y paisaje con sus
paisanos, con la frecuencia que hubiera deseado, por eso pasa desapercibido, casi ignorado.
A quien corresponda sugiero
esta propuesta. Recuperar la figura del compositor, dando a conocer su obra, su
vida. Crear un museo para el recuerdo en el que objetos domésticos, cartas,
fotografías, discos, escritos, etc. todo esta colección de piezas desordenadas,
inéditas, se reúnan solidariamente para formar un conjunto armónico que sea
testimonio de su andadura.
Personas como las de Miguel
Alonso-dotadas de un amplio bagaje personal y profesional- son escasas. Es una
obligación evitar su olvido y dar a conocer a las generaciones posteriores su
existencia, sus enseñanzas, su trabajo, su buen hacer.
FOTOGRAFÍAS CEDIDAS POR SU FAMILIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario