En la entrevista realizada a
Leoncio Flórez y publicada en este BLOG el 18 de agosto de 2016, se exponía una
descripción de las actividades llevadas a cabo en el ayuntamiento durante el
tiempo que él fue regidor.
Para completar una visión-ya
histórica- de la biografía del consistorio de Villarrín en la que Leoncio no
fue alcalde, hemos acudido a Gerardo testigo activo de las etapas que luego analizaremos.
La personalidad de nuestro
entrevistado responde al arquetipo de un castellano honrado, leal, tenaz,
amante de su pueblo, de su tierra, de
sus paisanos.
Nobleza, sinceridad de su
conducta y el empeño demostrado en el ejercicio de sus funciones en el
ayuntamiento han sido los motores que han ayudado a conseguir unos objetivos
muy difíciles y complicados, que requerían mucha energía y decisión.
Gerardo completa la
descripción de su carácter con esta expresión suya: “soy católico convencido,
pero no fanático”
Legislaturas en las que ha participado
1979-1983 (con
Leoncio en calidad de teniente alcalde)
1984-1988 (como
alcalde)
1989-2003 (como
alcalde)
1999 -2002 (como
alcalde)
Ha
participado en cuatro legislaturas con 15 años de servicios al ayuntamiento.
Cómo te iniciaste en la
aventura de participar en el ayuntamiento
“Fue
una casualidad, estaba tranquilamente en casa y no pensaba en nada. Fue Leoncio
quién me pidió que me presentara para concejal y accedí”
Posteriormente,
para confirmar su estancia en el ayuntamiento, un primo suyo ya fallecido
(Gregorio) le instó a que se presentara a la alcaldía, si no lo haría él.
Objetivos conseguidos durante su estancia
en el consistorio
Centro de salud
“Había
un proyecto-comenta- del año 1971 para construir un centro de salud en Villarrín.
Entonces el ayuntamiento debía abonar para iniciar los trámites trescientas mil
pesetas y no se hizo, quedando por tanto paralizado”
Gerardo
retoma el proyecto y acude al Ministerio
de Sanidad en Madrid. Entra en contacto con José Manuel Illana, quien le
ayudará a negociar y completar los trámites. Tiene que viajar varias veces a la
capital de España.
Obtiene
la autorización para la construcción del centro de salud. En este sentido el
entonces gobernador civil de Zamora, señor Guerra, le felicita por el éxito
obtenido, ya que al ser un ayuntamiento del PP y el gobierno socialista, podría
haber algún impedimento. Gerardo le contesta que es por el bien del pueblo y
que no se hace política del tema.
Sin
embargo, no todo iba a ser tan sencillo. El ayuntamiento de Villafáfila, pero
sobre todo el de Manganeses, pusieron muchísimos obstáculos que a punto
estuvieron de hacer fracasar el proyecto. Consigno dos episodios
significativos, aunque hoy se recuerden
como anécdota, en aquella época tuvieron mucha relevancia.
Debido
a las presiones de diversos agentes empeñados en hacer inviable el
funcionamiento del ambulatorio, referido fundamentalmente a la realización de
las guardias médicas, el proyecto se paraliza. Gerardo con un grupo de personas
se manifiesta ante la Consejería de Salud de Valladolid, reivindicando la
realización del proyecto autorizado.
El
2/01/1999, Gerardo publica una carta en la Opinión de Zamora, con motivo de
unas declaraciones realizadas por una representante de un ayuntamiento,
haciendo alusión al controvertido tema del centro de salud. Éstos son algunos
párrafos.
“…
como alcalde de un pueblo al que amo con todas mis fuerzas, pero sin fanatismos
de ningún tipo quiero dejarles claro a estas personas incontroladas que
amenazan con bombas, creo, aunque de momento no denuncio, que la justicia debe
tomar nota de ello, pues el alcalde Villarrín ni teme a las bombas, ni a las
guerras, y es muy fácil saberlo (por el campo ando)”.
Efectúa
un recorrido secuencial de toda la problemática generada a partir de la nueva
aprobación del proyecto en el año 1984, resaltando la oferta de 26 millones a
Manganeses para que fuera Villarrín cabeza de la zona básica de salud.
Solicita del consejero de cultura y del presidente de la junta que no atiendan a las
fullerías que se han vertido sobre el tema y que “ha llegado la hora legal del
traslado de guardias a Villarrín y las quiero aquí, ya.”
El
triunfo de la adjudicación del centro médico, no fue menor si consideramos que los
siguientes pueblos se integran en esta zona: Arquillinos, Belver, Castronuevo,
Cerecinos del Carrizal, Granja de Moreruela, Manganeses de la Lampreana,
Pajares, Piedrahita, Pobladura de Valderaduey, Revellinos, San Agustín del
Pozo, San Cebrián de Castro, Vidayanes, Villafáfila, Villalba de la Lampreana y
Villarrín de Campos. (BOCyL, nº 64, página 1088 de 16/08/1985)
Residencia de la tercera edad “Matías
Alonso”
Cuando
aún no se habían apagado los ecos de la anterior contienda, el espíritu inquieto del entrevistado le
lleva a emprender una nueva aventura, sin temer a las turbulencias de polvo y
viento que los molinos de la incomprensión y envidia se abatieran sobre él.
Piensa
en la construcción de una residencia para mayores, ubicada en el antiguo
colegio que en su día el mecenas don Matías
Alonso había levantado. Busca un
valedor, en esta ocasión fue León de la Riva, entonces consejero de Bienestar
Social. Empieza los trámites para esta nueva empresa, no sin antes ser
advertido por el presidente de la diputación
señor Luis Cid Fontán, quién le previene
que otros rivales querían también una
instalación de este tipo.
La
obra se presupuesta en cien millones de pesetas de las cuales el ayuntamiento
tiene que aportar 30 millones.
La
máquina calculadora, pero sobre todo su
mente práctica y la astucia trabajan para conseguir en los
plazos reglamentados la aportación necesaria para pagar las “separatas”. Detrae
dinero de la consejería de agricultura, deportes, etc. En cierta ocasión no
tenía fondos para completar los pagos, le faltaban cuatro millones. Acude al
párroco, D. Manuel Masero, responsable de la administración de la donación de
los bienes que D. Matías Alonso había dejado al pueblo. Por aquel entonces
había vendido unas fincas y sabía que podía responder con esa cantidad.
El
párroco le deja el dinero, pero no lo hace sin garantías. Gerardo le indica que la futura residencia debe ser regida por
Cáritas, entidad solvente y con
experiencia en estas instituciones. Posteriormente efectuará los trámites de
donación al obispado de la residencia con estas prevenciones:
La iglesia será propietaria
de todo el complejo a los 50 años de la firma de cesión; los empleos que se
generen serán cubiertos por personas de Villarrín, serán preferidos como
residentes los nacidos o empadronados en Villarrín, éstos se beneficiarán de un
10% en el pago de las cuotas mensuales.
En
el año 1990 se iniciaron las obras
y en el 1995 se inauguró la residencia
Gerardo
se queja con nostalgia, que la iglesia no le ha agradecido el esfuerzo que ha
hecho por la residencia, está esperando algún gesto de comprensión hacia su
labor por parte de esta entidad,
“pero no importa, yo no lo hice para que me aplaudan,
sino para el bien del pueblo, porque quería trabajar con ideas claras y
honradas”.
Polideportivo
Antes
de finalizar la residencia se embarca en un nuevo proyecto: la construcción de
un polideportivo.
Reconoce
que esta obra de 1200 metros cuadrados no dio problema al ayuntamiento. Álvaro
Valentín, responsable de las instalaciones de estructuras deportivas, llevó a
cabo la realización sin ninguna
dificultad.
Campo de golf
Comenta
Gerardo con cierto enfado que la realización de esta obra, fue motivada en
parte, como revancha o compensación por no haber podido realizar estos objetivos importantes:
-Impedir
declarar parque natural a las Salinas, ya que según él, “esta es una tierra
destinada a la agricultura y ganadería”, la instalación del parque rompe los
esquemas tradicionales de las faenas agrícolas, impide o pone muchas trabas
para la instalación de naves para el ganado, se supedita la recogida de la
cosecha de los cereales a los ritmos
biológicos de las avutardas y, en definitiva, se priva de libertad para el trabajo.
-Poner
a esta reserva el título de “Lagunas de
Villafáfila”, obviando la existencia de los pueblos que conforman el complejo
lagunar: Villarrín, Revellinos, Tapioles, Otero, etc. Toda la atención se
centraría en Villafáfila, con la instalación de observatorios, centro de
recepción de visitantes, etc.
La
idea que él propuso al resto de los alcaldes fue que se llamara “Lagunas de
Tierras de Campos”.
-No
conseguir el regadío para zona de Tierra de Campos. El resto de alcaldes que
conformaban la mancomunidad en aquel tiempo, “no supo, no quiso o fueron torpes para ver las ventajas”.
Se aprovechó de aquella oportunidad la zona de Tábara. Entre orgulloso y dolorido comenta “yo conseguí 8.000
millones de pesetas para el regadío de Tierra de Campos”
Hecha
esta aclaración. Gerardo inicia los
trámites para la realización del campo de golf. Problemas existieron comenta
“sobre todo con los ecologistas, hasta los de la universidad de Barcelona, me
enviaron una carta manifestando su descontento.”
En
el año 1999 se inaugura el campo de golf,
cuya titularidad la ostenta el ayuntamiento.
Otros proyectos realizados
-Instalación
del reloj del ayuntamiento, asfaltado, apertura de dos calles confluentes: Polideportivo con León de la
Riva; parque con estanque, riego
automático y plantación de árboles autóctonos, rosales, etc.
-Arreglo
de la Torre de la iglesia hasta la cúpula o cubierta superior. Él hubiera
querido completar toda la pieza completa, pero el sacerdote de entonces se
opuso a ese remate con esta justificación “que se quede como Egipto”
Objetivos o proyectos que te hubiera
gustado llevar a cabo
Consecución
de zona de regadío para Villarrín, mejora y ampliación del campo de golf,
instalación de un hotel, construcción de una casa de cultura y… no desea seguir.
Ahora que estás alejado de la vida laboral
¿cómo pasas el tiempo?
“Como
puedo, a veces me aburro, camino cinco kilómetros diarios, veo la televisión,
charlo con los amigos. Ahora no leo mucho, como dice mi amigo Patillas, ya no
leo porque no retengo nada”
¿Qué consejos darías a los futuros o
actuales gestores de los ayuntamientos?
Luchar,
luchar, luchar. Ser responsable, saber lo que tienes entre manos, sino lo
sabes, retírate”
Cómo ves el futuro de Villarrín
No
es optimista. Comenta con inquietud el declive inexorable sobre inversiones en
Villarrín, la marcha de la fábrica de punto, de la lechería, la ausencia de
juventud para dinamizar la economía del pueblo. No continúa.
Finaliza
la entrevista lamentando la actual situación, manifiesta con no disimulada amargura: “Tenía
razón, al oponerme a la creación del parque natural. Esto es rentable si
conservamos la agricultura y ganadería como antes”.
F. Trancón
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