sábado, 17 de mayo de 2014

ARTISTA PLÁSTICO: FRANCISCO ESCUDERO MARTÍN "EL ÚNICO" (1915-2011). ESCULTURA EN MADERA



Aunque he estudiado la obra de media docena de artistas plásticos de Villarrín, esta no es una cifra cerrada, existen muchas personas de esta localidad con inquietudes artísticas.
Realizar un catálogo de personas interesadas y comprometidas con el arte en cualquier disciplina (pintura, dibujo, escultura, modelado, creaciones literarias, etc.) creo que merece la pena.
Tengo el privilegio, en esta ocasión, de dar a conocer los trabajos de talla en madera de Francisco Escudero.
Digo privilegio y confirmo que hablar de este hombre tan excepcional es una suerte que no todas las veces se presenta.
“El único” nombre cariñoso con el que es conocido en Villarrín, estuvo dotado de cualidades creativas singulares, tanto en el arte figurativo como en la producción escrita.
La obra de Francisco responde a sus inquietudes personales y están influidas por la cultura agrícola y religiosa de la época, aunque obviamente adaptadas a su peculiar personalidad.
Una clasificación general de su trabajo, puede ser el siguiente, no exenta de posteriores revisiones:
Iconografía sagrada (Figuras de Cristo, virgen María, escenas religiosas, etc.)
Labores agrícolas (con animales, y sin animales, formando conjuntos diferenciados, aperos de labranza, segadoras, etc.)
Estampas domésticas (referidas a la matanza y utensilios de cocina)
Varios (gatos, aves, cocodrilos, etc.).
La variedad temática de esta exposición me lleva a pensar que su obra no es simplemente el resultado de experiencias varias, sino que hay algo más: una configuración implícita de aventuras estéticas que como dice Gombrich, potencian la recreación de lo misterioso.
Observe el espectador por ejemplo, los gatos, su actitud orgullosa, enigmática, mirada indefinida. Describe con indudable maestría y dominio de la forma la figura de este emblemático animal casero.

¿Estilo? A un descubridor de la expresión artística no se le debe agrupar en una determinada escuela. Tal vez nos recuerda una tendencia neogótica, pero nada más.  Lo interesante de este autor, no es únicamente el diseño de sus esculturas, sino también el método personal para describir las formas redondas de los personajes, ropajes sin perfilar, esbozos, no caricaturas, que hacen que las vírgenes, labradores, etc. definan la quietud de su figura de forma  perceptible.
Al contemplar estas escenas cercanas y familiares  , antes descritas, me recuerdan las palabras de  Frederic  Amiel, que indica que el creador de cualquier obra mira dos veces para ver lo exacto, pero nosotros los que estamos situados ante el escenario de esa representación del arte, debemos mirar una sola vez para ver lo hermoso.
Observando la trilogía escultórica de las figuras de los Crucificados, tal vez pensó en el Cristo cercano de Villarrín para describir la realidad comprensible y temporal de esta experiencia religiosa adscrita secularmente a su vida.
Yo creo que en su obra, recordando a Bernard Shaw, su arte lo ha utilizado para descubrir su alma, su inquietud por lo novedoso, dotando a las circunstancias de su existencia de una libertad generosa que le lleva a crear, no a imitar.
En la obra de "El único"” se intuye el esfuerzo de un narrador de lo cotidiano por elevar a categoría de sublime lo sencillo, lo elemental: el acontecimiento de su trabajo diario.
La  muestra expuesta es un valioso testigo para conocer el pasado de un hombre, de una generación, de una época.
El arte de Francisco necesitó soledad, pasión, vientos ásperos, terrenos duros ¿no es eso en definitiva la esencia del alma y paisaje de Villarrín? Yo sostengo que sí.
























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Realiza: F. Trancón



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