Este
año desigual nos ha frustrado la alegría de conmemorar las fiestas del Cristo.
Desde que se tienen datos sobre esta
celebración, nunca ha sido interrumpida. Esta excepción- esperemos que sea la
última- se sumará como una anécdota histórica. FELIZ FESTIVIDAD DEL CRISTO 2020
Se
describen datos –tal vez no muy
conocidos- en torno a la figura del Santísimo Cristo, sobre estos temas:
·
Detalles
sobre la imagen del Santísimo Cristo
·
Aparición
de una lluvia deseada
·
Fotografías
del Cristo.
La imagen del Cristo
está tallada en madera de nogal,
en una sola pieza, insertándose los dos brazos aparte, recubriendo con una tela fina encolada determinadas zonas del volumen del cuerpo
para prevenir la aparición de grietas
Las
medidas que presenta son: la figura 154 cm. de ancho por 192 cm. de altura y la
cruz 162 cm. de ancho por 225 cm. de
altura. Los brazos de la cruz tienen una anchura de 10,5 cm. de ancho por 5 cm.
de grueso.
El
Cristo posee barba de pelo natural, al igual que su peluca, aunque ésta no es la original, ya que se han encontrado
restos de la que fue posiblemente la primera peluca.
La barba de pelo natural –como se indicó
antes- permaneció sin renovarse desde el inicio de la creación de la escultura, aunque con el
tiempo, se fue deteriorando en el lado izquierdo de la cara.
En
el año 2005, siendo párroco de Villarrín D. Antonio Pordomingo, encargó la
restauración de la imagen a Donelis Almeida Delgado.
La
escultura fue realizada a finales del siglo XVI, aunque no se sabe su autoría.
En
el Museo de Semana Santa de Medina de Rioseco he visto expuesta una imagen de un Cristo, de
técnica escultórica parecida, aunque sin la fuerza expresiva y dramática del de
Villarrín.
Para
los interesados informo que este paso de semana santa lo pueden ver en el
citado museo de Medina de Rioseco. La obra es del siglo XVII, conocida
popularmente como “Cristo de los Faroles” y es atribuida a Juan de Muniategui.
Con relación a la deseada
lluvia como protagonista necesaria
para los campos de Villarrín, transcribo estos relatos escritos por Francisco Gómez.
Primer
testimonio “Un grato y glorioso recuerdo”
En el año 87 (1887) a 27 de
Mayo se hizo una novena al
Bendito Cristo porque no llovía y los trigos se iban secando.
Los ocho primeros días no
llovió, pero el último día al romper la aurora se abrieron las cataratas de las
nubes y principió a llover cunando venían las procesiones de los pueblos
forasteros.
Durante la misa y mientras el
sermón que se dijo fuera de la iglesia y en presencia de la sagrada imagen que
estaba rodeada de una apiñada muchedumbre, llovía recio, allí era ver a tres
mil personas extasiadas y mojadas desde los pies a la cabeza mirando al Cristo
Bendito y darles las más expresivas gracias por el favor tan señalado, porque
si no hubiera llovido se perdía la senara completa ¿ y qué hubiera sido de
nosotros?
En la procesión el que
llevaba el Bendito Cristo iba descalzo.
Al despedir las procesiones
aún seguía lloviendo de modo que la tierra se llenó abundantemente del agua tan
deseada y la cosecha quedó asegurada.
¡Bendito y alabado sea mil veces
el que con tanta largueza nos socorrió!
Gloria y honor al Cristo
Bendito de Villarrín
Segundo
testimonio
El
mismo relator indica que en el año de 1891 una
pertinaz sequía afligía a nuestros campos. El 23 de Mayo salió la venerada
imagen, los vecinos le pedían al Cristo Bendito con igual fervor y confianza
que otras veces y Él nos socorrió con suma liberalidad.
Tercer
testimonio
Otra
noticia incompleta anota el mismo testigo, ocurrida en el año de 1896, se puso en novenas al Bendito Cristo. A
principios de Mayo reinaba un gran temporal muy áspero con un aire muy grande
de Burgos, la gente aseguraba que iba a llover.
No
continúa la narración, aunque se entiende que llovió en abundancia, porque
tilda este acontecimiento “Otra victoria más”.
Fotografías del Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario