Artiículo publicado en el Dominical LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA (19/01/2020)
Francisco Trancón Pérez
Pío Gavilanes fue el primer director médico
encargado del control sanitario del Balneario de las Bouzas. Escribió un trabajo sobre el establecimiento
que define como una” Memoria o verdadera
monografía de las aguas minero-medicinales que se hayan hoy bajo mi dirección, para
dar a conocer al público, y sobre todo, a los profesores en medicina, sus
numerosas, variadas y benéficas aplicaciones”. El estudio consta de 130 páginas
redactadas con rigor científico. Escribe en el prólogo que decidió escribir este tratado “a los dos
años de abierto el Balneario, reuniendo materiales que pude, con los datos que
en los años anteriores había recogido de los numerosos enfermos que por consejo
mío habían ido a restablecerse con las aguas”
GAVILANES,
Pío: Establecimiento de baños de las aguas minero sulfuradas- sódicas de las
Bouzas de Ribadelago. Zamora. Imprenta L. López,
Astorga
1878
Antes de
iniciar un detallado estudio descriptivo de la situación del balneario, Gavilanes
efectúa esta aclaración sobre la terminología del lugar, indicando que los
habitantes de la zona conocen el paraje con
los topónimos de “Las Touzas”, cercano
al lugar de los manantiales, de “Ribadelago” por su proximidad a este pueblo o
vulgarmente “Fuente de Cheirina” por el olor especial de las aguas sulfuradas.
En este
contexto la palabra “touzas” según el diccionario gallego de Estraviz (2005)
significa “dehesa de robles, sitio abundante en hierbas malas y arbustos”. Para
Font Querer (1962), en su libro de
plantas medicinales “El Dioscórides renovado”, coincide en algunos aspectos con
Estraviz, indicando la presencia del roble negro.
Cortés Vázquez
en “Dialecto galaico-portugués en Lubián (1954)”, hace referencia a “touzas”
como “terrenos con amenos bosquecillos y matas densas”, indicando que el
vocablo “tuiza” es sinónimo, aludiendo al Santuario de Nuestra Señora de la
Tuiza (en Lubián)
Datos
generales
El balneario
se inauguró en 1876.
La Gaceta de Madrid de 8 de Junio de 1873 publicó una
orden declarando de utilidad pública las aguas llamadas de Bouzas, situadas en
Ribadelago, provincia de Zamora, y autorizando a Don Fidel de Ramos para que
pueda construir un establecimiento balneario con las oficinas y dependencias
necesarias. (Don Fidel era un sacerdote natural de Ribadelago)
El 18/12/1874
una Orden ministerial indica que “de acuerdo con lo informado por el Consejo
nacional de Sanidad se autoriza a D. Fidel Ramos para que abra al público el
establecimiento- balneario, habiéndose señalado la temporada oficial para el
uso de las mismas desde el 1º de junio
hasta fin de Septiembre”.
En la Gaceta,
donde se publica la orden de autorización del establecimiento, confundieron la
grafía “T” por la “B”. Posteriormente en todas las publicaciones aparece como “LAS BOUZAS”.
Sitúa al
balneario en la extremidad N.O. de la provincia de Zamora, cerca de los
confines con Orense y León, en el partido judicial de Puebla de Sanabria,
Ayuntamiento de Galende, a unos 800 metros sobre el nivel del mar, en la orilla
meridional del Lago de Sanabria, distando dos leguas de Puebla, quince de
Astorga, 23 de Zamora y 65 de Madrid.
En el entorno
del balneario existían tres manantiales. “EL Peñón”, a unos 2 metros de la
orilla del lago, sobre una roca granítica de unos 20 metros de elevación. A 40
metros se hallaba el segundo, “Fuente del Escalón” y el tercero distanciado a
unos 300, en dirección S.O. “El Arenal”.
El complejo
dedicado a los baños termales constaba de un depósito cercado alrededor del
primer manantial, aprovechando unos muros de contención de roca granítica, en
los lados este y sur. Este recinto servía de azud con una capacidad de
almacenaje de 28.000 litros, de forma cuadrangular irregular de 3,5 metros de
alto, 5 metros de largo. Los otros dos lados restantes, medían uno 3 metros y el
otro 2,60 metros.
Había una
pequeña caseta con un surtidor que venía directamente del manantial, con un
grifo utilizado para la recogida de agua para beber. En el depósito general
(azud) estaban instaladas unas cañerías que servían para llenar las bañeras,
estando provisto de un sistema de
calefacción para calentar el agua.
Muy cerca del
entorno descrito se construyó un edificio con cuatro cabinas aisladas entre sí,
dotadas de una pila de baño de una sola pieza de granito. Un pasillo
distribuidor separaba a estos compartimientos con puertas de comunicación a los
extremos. Completaban esta edificación cuatro pequeñas dependencias con una
cama para reposar o sudar después del baño. Posteriormente, dos de estas
habitaciones se unieron para convertirse en una sala de espera para los
usuarios.
A unos 100
metros del anterior grupo de edificios se levantó una fonda- hospedería de dos plantas (baja y
primer piso) cerca de la orilla del lago, instalando habitaciones para albergar
a unas 40 personas.
En la planta
inferior se situaba el comedor, que servía también como salón de encuentros y de reuniones. Tenía
vistas al lago. En el edificio había una capilla dedicada al culto.
Hubo un proyecto de construir otro
edificio para albergar a unas 60 personas.
La dirección del balneario ofrecía
servicios turísticos a los huéspedes
para enseñarles el entorno. El más demandado era un paseo en barca (propiedad del establecimiento) por el lago,
estaba dotada de una vela y remos.
Se hicieron
campañas de promoción del balneario en diversos periódicos nacionales. Se
señalaba el itinerario que había trasladarse
a Puebla de Sanabria y desde allí tomar una diligencia que tardaba dos
horas en llegar al hotel.
Propiedades físicas y análisis químico
de las aguas minero-medicinales.
El médico D.
Antonio Casares-afincado en Santiago de Compostela- redactó un informe sobre
las propiedades del agua de la “EL Peñón”, al parecer los otros dos manantiales
no se utilizaron. El resumen del análisis del agua efectuado el 15/02/1872 es
el siguiente:
Tomando como
referencia 1 litro de agua se encuentran estos compuestos: 24 centímetros
cúbicos de nitrógeno; 0,008 gramos de
sulfato cálcico; 0,058 gramos de sulfato sódico y 0,158 gramos de silicio.
Incluyo otros
dos posteriores análisis.
Isaías
Bobo-Díez (1912), clasifica el agua por su temperatura de turgencia (fría,
15º); PH 8,7; caudal 0,31 litros por segundo, completa esta información indicando que estas aguas se pueden
aprovechar para el tratamiento de bronquitis crónica, endometritis catarral
crónica y eczema crónico.
María Corral
Lledó y otros (2010) en una publicación del Instituto Geológico Minero sobre “Aguas Minerales y termales en Castilla y
León”, indican que las fuentes termales de Bouzas afloran
agua bicarbonatada sódica y
sulfurada, señalando que las concentraciones químicas más relevantes son:
10,2mg/L de amonio; 20,6mg/L de fluoruros; 60 mg/L de sílice; 17,2 mg/L de
sulfuros; 513 uS/cm de conductividad
eléctrica. La temperatura del agua es de 15º, el PH 8,7 y el caudal 0,31L/s
Algunas reseñas publicadas sobre el
Balneario
Señalo las siguientes
encontradas en el Boletín de la Sociedad
Geográfica de Madrid.
Cesáreo Fernández
Duro realiza una detallada descripción sobre el balneario y el conjunto de
servicios, refiriéndose a alguno de ellos
con el histórico nombre de
“termas”, basando sus datos sobre el
estudio que efectuó el doctor Gavilanes
(nº 2, 1879, páginas 80-83).
Joaquín de
Ciria y Vinent, director de excursiones de la Sociedad Geográfica, sobre el
balneario afirma “es muy modesto, y lo escaso de los viajeros, por lo penoso
que resultar llegar hasta él, por la falta de caminos, hace que no esté a la
altura de los de primer orden”.
Se lamenta que
en otras regiones- aludiendo al País Vasco- “donde una envidiable administración
ha hecho que estén cruzadas en todas direcciones y vías férreas”, aspectos que indudablemente
favorecían el turismo. Reconoce con sano orgullo que “hemos visitado en
nuestras excursiones sitios que tienen fama de panorámicos, y, sin embargo, distan
mucho de parecerse siquiera a la bellísima región sanabresa” (1908, páginas
35-37)
La última reseña
que expongo se refiere a una conferencia que el citado Joaquín de Ciria
pronunció sobre “Excursiones en la provincia de Zamora. El país y las Lagunas de
Sanabria”. Relata el trabajo realizado por el científico Halbfass, el geólogo
Adolfo Ollerrich (ambos alemanes), Federico Aragón, catedrático del Instituto
de León y él mismo sobre la realización de las medidas exteriores del Lago,
sondeos, reconocimiento del fondo, tomas de temperatura, análisis del agua y otros aspectos.
A su llegada
al balneario participaron- como invitados- a una comida de bienvenida. “Fuimos
al comedor, teniendo que improvisarse mesas al aire libre; tal era la
aglomeración de gente que había ido. El dueño del Balneario D. Celestino
Requejo se había provisto de un magnífico fonógrafo con el que amenizó la
comida, dejando oír a los postres nuestro himno nacional, que fue escuchado en
pie, dando vivas a los Profesores y a la Sociedad Geográfica” (1912, páginas
146-147)
En una
entrevista publicada en LA OPINIÓN-EL
CORREO DE ZAMORA (21/10/2017), realizada por José María Sadia a Pilar Delgado,
arqueóloga del grupo Gomosclera, indica que en las inmersiones que ha efectuado
su equipo en el Lago de Sanabria, en aguas próximas al Balneario, encontraron
restos de loza fina procedente de cerámica de Segovia, Cartagena o Francia.
Estos hallazgos muestran que a pesar de la sencillez de Balneario, en él
utilizaban cubiertos de exquisita elegancia.
Consideraciones
Esta
experiencia de explotación turística fue pionera en la zona sanabresa, reclamando
la atención del público, no sólo de Zamora, sino también de España y de otros
países, proclamando la belleza de esta región ignorada y aislada. La explotación
de este negocio hotelero, llegó a adquirir cierta relevancia; pero su recorrido
finalizó en los años cuarenta del siglo pasado. Se han estudiado diversas
propuestas hoteleras para reactivar el balneario, sin embargo, legislativamente
en la actualidad es improbable llevar a cabo este proyecto.
Esta
circunstancia nos lleva a reflexionar que en la provincia de Zamora, a pesar de
estar localizados 15 puntos de manantiales o pozos artesianos de aguas
minerales con diversas propiedades terapéuticas, apenas están documentadas.
Constituyen-en potencia- una fuente de riqueza que debía estudiarse su
viabilidad como inversión.
Pueden servir
de experiencia el funcionamiento del Balneario de Almeida de Sayago o la planta
embotelladora de agua mineral de Aguas de Calabor.
El recuerdo
aún permanece. En el Blog “Romances de Sanabria y Carballeda” (26/06/2015), se
nos invita a visitar este nostálgico entorno. “Y
para llegar al balneario de Bouzas basta
con aparcar frente a uno de los campings que
rodean al Lago y tras un pequeño paseo... encontraremos el edificio
hostelero abandonado y
el caminillo sin dificultad que nos lleva hacia los manantiales, que siguen
vertiendo agua con olor a huevos
podridos.
Relación de
fotografías
0.1
Balneario, orilla sur (1907)
0.2
Vista del Balneario desde el S.E. (1907)
0.3
Balneario (1912)
0.4
Lago de Sanabria. Vista Oeste (1908)
0.5
Paisaje de Ribadelago (1908)
0.6
Rincón de Ribadelago(1908)
0.7
Un alto en el camino de Galende al
Balneario(1908)
0.8
Componentes del equipo de medición del Lago. De
izquierda a derecha Aragón, Halbtass, Ollerich y Ciria (1912)
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