ADIOS
TRANSI, ADIOS TATI, MAMI, ABUELA, COMPAÑERA, AMIGA
Todos estos títulos y muchos más
son tuyos realizados en la universidad de la vida con un aprovechamiento
ejemplar.
Tus alumnos te recuerdan como
“maestra de maestras”. Sí, Edurne , Amagoia y una lista interminable que
llenaste en tu agenda de los recuerdos escolares a lo largo de 42 años de
docencia.
Gracias Transi, por tu alegría,
bondad, generosidad y todas las virtudes más sublimes que una mujer puede
atesorar: el amor a su familia, a Paco, Irene, Íñigo, Asier, Márkel, Amaia,
Manoli, Miguel, Inocencia, Nicolás, Aurora, Juanjo, Abelardo, Maruja, Rosario,
Margarita, Santiago,Loli, Gelines,
Begoña, Marimar y muchos otros.
Te has ido, no sin antes anunciar
a los tuyos-próximos y lejanos- que tu vida ya no te pertenecía, te llamaban
para ir al más allá, al lugar de tus padres, junto a Rufina, que en sueños, nos
contaste que te recogía en la puerta de tu casa y junto con ella volabais hacia
el infinito azul de nuestro cielo de Villarrín.
¿Te acuerdas?, Las Águedas, tus
águedas. Mujeres que como tú luchan con alegría por construir una sociedad más
amable, un lugar de encuentro, de reivindicaciones de amor a las mujeres
oprimidas, de charlas llenas de nostalgia e ilusión por hacer de la cofradía
una hermandad solidaria.
Tu vida no se puede resumir con
palabras, con sonidos. Tú eres el recuerdo constante, la vitalidad de nuestros
pensamientos, los sueños cumplidos. Te has ido, pero aquí seguirás entre los
tuyos recorriendo las viejas calles de Villarrín, sendas holladas por tus pies
de niña, adolescente, mayor, escuchando el sonido alegre de las campanas,
rezando al Cristo en su novena mayor, acompañando a tus paisanos en su último
viaje…
Amiga fiel, entrañable, tus amigas
están aquí con la pena inconsolable de tu marcha; pero deben de estar
contentas, tú así lo deseas, la amistad es para conservarla en un cofre de
alegría, donde la pena no sea más que un adorno, que no empañe tu recuerdo.
Paco, Irene .Tú familia próxima piensan
en ti como una madre y esposa extraordinaria. Tus nietos no miran el vacío que
dejas, sino el infinito espacio con que llenaste su existencia, las lecciones
modelo de maestra y abuela que aprendieron de ti, como discípulos aventajados.
GRACIAS a todos por venir a
acompañarnos, por vuestras palabras de ánimo, por vuestras oraciones, por
vuestras lágrimas.
Seguro que ese Cristo que es de
todos, pero que vive aquí en Villarrín, la acogerá en ese lugar feliz, donde
tantos vecinos de este pueblo han ido a su encuentro. Su imagen, esa imagen del
Crucificado que siempre tuviste a tu lado durante tu larga enfermedad, la dejamos
en tu rincón favorito, ese será un lugar de encuentro no triste, sino alegre.
ADIOS TRANSI, ha sido un honor,
un privilegio gozar de tu presencia. TE QUEREMOS AHORA Y SIEMPRE.
Villarrín
de Campos, 27 de Noviembre de 2015
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