Manolo -como le gusta
que le llamen-, después de ocho años en Villarrín, nos deja un recuerdo
entrañable, cariñoso. Una imagen de cura risueño, bondadoso (me recuerda a Juan
XXIII). La amabilidad y servicio al prójimo le han hecho merecedor de los
mejores calificativos que un presbítero pueda recibir de sus feligreses.
Es
trasladado al Arciprestazgo de Toro-La Guareña, siendo el
párroco de La Bóveda de Toro y encargado de Guarrate, El Pego y Villabuena del
Puente.
Desde este BLOG, nos
unimos a las personas de Villarrín que el próximo 4 de octubre le acompañarán
en su toma de posesión en Bóveda de Toro. Le deseamos en su nuevo destino una
andadura feliz.
Se muestran algunas
fotos significativas de su paso por Villarrín
F. Trancón
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