Francisco Trancón
Pérez
El objetivo de
este trabajo es analizar diversos aspectos
escritos en la Crónica de la Transformación del Santo Cristo de los
Afligidos de este municipio, según consta en una carta que Fernando Andrés
Raposo cura de Villarrín de Campos (1786) dirigida a Bernardo Espinar
(Valencia) en la que solicita datos referidos a
la transformación de una tosca imagen de un Cristo ubicado en la citada
iglesia en una talla espléndida, debido
a las oraciones de una anciana (Leocadia), ante el desconsuelo de ver retirada
su imagen del Cristo y no poder rezar ante ella. Hecho datado el 25/09/1460.
Sorprende que
este relato no se haya divulgado hasta pasados tres siglos de lo sucedido, ni
reflejado en el libro de Fábrica de la Iglesia u otros registros canónicos. Una
hipótesis explicativa, pero no verificada, es que la iglesia, sabedora del
acontecimiento impulso un estricto silencio, hasta no encontrar alguna prueba
fehaciente del hecho.
La primera
referencia escrita nos la ofrece Erro
Irigoyen en Zamora Ilustrada (18/9/1831), en la que efectúa un abreviado comentario , afirmando como milagro la trasfiguración de la imagen del Cristo,
confirmada por el prelado y el pueblo, reconociendo que la historia y milagros
posteriores atribuidos a la intervención del Cristo, se halla consignada, más
que en los libros parroquiales y particulares tradiciones, en las paredes de la
capilla y en las ofrendas depositadas en ella.
Pasado este
período de oscurantismo, la leyenda del supuesto milagro, surge con una fuerza
arrolladora, siendo el pueblo encargado de divulgar la intervención del Cristo
en diversas circunstancias, solicitando la intervención de su poder para paliar
los efectos nocivos de la sequía de los campos, invasión de plagas de langosta
que asolaban los cultivos de cereal.
El esquema
sigue unas pautas similares a otras manifestaciones efectuados en pueblos de diversas
regiones de España.
El protocolo
se repite de acuerdo con este patrón: convocatoria previa de
las autoridades religiosas, salida procesional de la imagen del Cristo por las
calles, llegada masiva de personas del entorno geográfico a Villarrín de
Campos, a modo de peregrinación. La petición oficial de los favores a recibir
la efectúa una persona eclesiástica (normalmente el párroco), mientras los
asistentes ratifican estas súplicas con oraciones, cánticos religiosos y otras
manifestaciones de alabanza.
Se hallan
registradas estas salidas procesionales: 01/05/1630; 26/04/1818/; 26/04/1945;
26/4/1960 y 26/04/2010 (En esta última no hubo procesión)
En la primera
salida se instituyó el llamado voto de Villarrín de Campos, las posteriores fechas coinciden día y mes
con el registro de la Transformación de la Imagen del Cristo. En 1960 se celebró
el 500 aniversario y en 2010 el 550 aniversario.
Existe una
tradición no escrita ni razonada, por la que la sagrada figura del Cristo se mueve del
altar de su capilla (trono) sólo en circunstancias muy singulares. Cuando surge
esta eventualidad, la crónica registra que se producen fenómenos
meteorológicos de difícil interpretación causal: truenos, relámpagos y lluvia.
Obviamente estas manifestaciones se explican como una respuesta divina a las
peticiones formuladas.
La notoriedad
y divulgación de la Transformación del Cristo, fue objeto de interés de la
prensa provincial. Registro esta reseña publicada en El Correo de Zamora,
24/04/1945, que bajo el epígrafe Imponente manifestación de fe en Villarrín de
Campos, indica que 10.000 personas acudieron a este evento religioso en
peregrinación de rogativas para postrarse ante el santo Cristo en demanda de
lluvia, que no se hizo esperar, pues aquella tarde llovió en abundancia.
Comenta con notable énfasis el estado emocional de los asistentes: el hecho
milagroso se había producido una vez más. Los truenos oídos en todos los
pueblos de la comarca en el preciso momento de ser movido de su trono el Santo
Cristo y todos conmovidos acudieron a la cita a postrase de hinojos con los
ojos arrasados en lágrimas, pidiendo agua para los resecos campos.
En La Revista
Campos, editada por la parroquia de Villarrín de Campos (1945-1946), se anotan diversas colaboraciones monográficas sobre la figura del Cristo, milagros,
oraciones, plegarias y otras reseñas o actos de fe.
Señalo otras publicaciones en formato libro .
TRANCÓN PÉREZ,
Fco. Villarrín en la Tierra de Campos, Diputación de Zamora, 1990 y otra
conjunta de TRANCÓN PÉREZ,Fco. Y
MIÑAMBRES DE LA PRIETA, Fdo. El enigma del Cristo de los Afligidos de
Villarrín de Campos. Ed. Monte Casino (2010),
La petición de
agua (motivo central de las diversas manifestaciones del pueblo), en las que de
forma angustiada manifiestan su preocupación ,según se lee en estas frases
coreadas en una de las peregrinaciones: Si
no mandas la lluvia/ para podernos sustentarnos,/¿qué escenas dolorosas
presenciaremos este año? El fenómeno meteorológico de la procesión del
Cristo se observa en estas estrofas: /Cuando
de tu trono bajas/ con un trueno nos avisas/ ¡qué grande es tu poder!/ y recta
tu justicia/.
En la
siguiente plegaria se indica que los peregrinos portaban velas al Cristo de los
Afligidos/ en prueba de grande amor/ de estos tus hijos queridos/. La fe
de los peticionarios es grande y aunque suplican que /mandes pronto la
lluvia/para los resecos campos/, no
se desesperan ni su esperanza se quebranta: / Aunque no llueva una
gota,/Señor en Ti confiamos/, que al salir de santo trono/hasta las cañas dan
grano.
El himno al
Cristo de los Afligidos (letra de Lampuerta y música de Miguel Alonso), se
considera una composición poética en la que se observan dos aspectos diferentes:
la parte inicial sobriamente descriptiva muestra la imagen de un Cristo
compasivo, misericordioso que abre sus manos divinas/ a Villarrín que en ti
espera/ los frutos de tu muerte y tu pasión/. Los siguientes versos
utilizan un recurso comparativo de belleza expresiva en las que el pueblo se
representa como/ el pobre romero sediento de aguas puras y amor/, en
otro símil se acude a identificar /al pájaro preso que a las cumbres/ quiere
su vuelo remontar veloz/, con el deseo de las almas/ de solar de campos/,
buscando el nido de tu corazón/. La abeja es otro recurso de este
curioso relato, aludiendo a la /búsqueda para su miel el polen de la flor/
así tus hijos buscan en su noche/ la aurora eterna de tu corazón./
En cuanto a
los supuestos milagros o hechos prodigiosos asignados a la intervención de la imagen
del Santísimo Cristo, se inicia con el indicado anteriormente en la petición de
Leocadia en 1460.
En una
investigación realizada en el Archivo Diocesano de Astorga (ADA), se refleja un
milagro de la recuperación de una joven inválida de 15 años, vecina de
Villarrín de Campos, que recuperó la movilidad de su cuerpo enfermo, el día 29
de junio de 1623, gracias a las súplicas de la muchacha invocando la ayuda del
Santo Cristo.
El resto de
reseñas sobre intervenciones en favor curación, se consignan en diversos
escritos recogidos en la Revista Campos (Villarrín de Campos, 1946-1947). En
todos ellos los afectados o sus familiares invocan la intervención del Cristo,
a través de oraciones, novenas, imposición de la estampa de la venerada imagen,
etc., con resultado satisfactorio.
Consideraciones
Y así, cuando el siglo XV
avanzaba con sus sombras y penumbras, en Villarrín de Campos, acariciado por los
vientos del pan y las plegarias de la oración, ocurrió lo que la fe puede
explicar y el alma a comprender.
La historia del Santo Cristo de los Afligidos
no es sólo la memoria de una imagen que el tiempo quiso borrar, sino el
testimonio de una transformación que desafió el deterioro de la materia con la
firmeza del espíritu de Leocadia, que no tenía más riqueza que su oración, ni
más poder que su compasión. Con humildad, amor y una perseverancia sin límites
imploró, no por vanidad ni por conseguir una obra de arte, sino por respeto al
misterio que representa para ella el Crucificado.
Desde
entonces, el Santo Cristo de los Afligidos es objeto de veneración, indicando ,que
lo imperfecto puede ser redimido, lo viejo renacer y que incluso la materia más
quebradiza se logra moldear por el milagro del amor y la constancia.
Este estudio finaliza
aquí, pero la historia continúa viva en el silencio de la iglesia, en la
esbeltez de una Torre de los recuerdos, en las oraciones murmuradas, en la
mirada de los que se acercan buscando consuelo en la capilla de los milagros.
Leocadia no
era instruida en las letras, pero poseía sabiduría del alma. Nunca abandonó su
empeño en mantener la devoción al Crucificado, incluso cuando los responsables
de la parroquia pensaban retirarlo por su mal estado. Su oración perseverante y
su clamor lleno de ternura ante la imagen dañada conmovieron al pueblo y, según
testigos, abrieron las puertas al milagro.
Aunque no ha
sido canonizada ni beatificada, Leocadia permanece en la memoria piadosa de
Villarrín de Campos como una buena mujer del pueblo, cuya fe sencilla provocó
una transformación inexplicable, porque nada es pequeño si nace del corazón.
Otros
aspectos
La patrona de
la iglesia es Nuestra de la Ascensión, festividad que se conmemora el 15 de agosto.
La fiesta
institucional de Villarrín de Campos, se
celebra desde siempre el último domingo de Setiembre.
La mayordomía
de la Cofradía del Santo Cristo, organizadora de los actos religiosos y
sociales, correspondía a los hombres que eran elegidos por sufragio mayoritario
de los cofrades. A partir del año 1960 se
amplía el número de mayordomos a
cuatro y en el año 2010 se permite el acceso a ostentar “la vara” a las mujeres, rompiendo
una tradición no escrita de 345 años de prevalencia masculina en la gerencia de
la cofradía.