y tendrás un
Villarrín
recupera las relaciones de San Antón tras más de 30 años
(La Opinión de Zamora, 16 de enero de 2016)
Los
mayordomos declamarán los versos después de la tradicional subasta del cordero
A. B. Villarrín de Campos, un pueblo de tradición ganadera,
celebra este domingo a San Antón, protector de los animales. Los actos
comenzarán hoy por la mañana con los niños del pueblo pidiendo dinero para el
santo por las casas de la localidad. Esta tarde la cofradía celebrará una
fiesta en el mesón Prigar.
La misa en honor del santo está programada para las 13.30 horas, y a la
salida los feligreses podrán participar en la tradicional subasta benéfica del
cordero, en la que además podrán adquirir un lechón, conejos o botellas de
vino, entre muchos otros productos de la tierra. La novedad de este año es que
durante la subasta los mayordomos, Alberto Roldán y José Manuel Gómez, se han
propuesto recuperar la declamación de las relaciones, después de más tres
décadas desde que se perdiera la costumbre.
La subasta terminará con la rifa de una gran cesta que incluye todo tipo de
alimentos y bebidas de gran calidad, desde quesos de oveja a botellas de cava
pasando por
embutidos o dulces artesanales.
Tradición e historia
La tradición consiste en recitar varios versos
que relatan en clave de humor hechos y anécdotas acontecidos durante el año
anterior. En las rimas destacan los asuntos vinculados con los animales y la
ganadería.
San Antón (251-356) d.c. Nacido en Egipto a
mediados del siglo III, San Antonio pasó gran parte de su vida retirado en el
desierto, donde convivió con muchos animales. Se dice que un día se le acercó
una jabalina, seguida de sus jabatos ciegos, en actitud de súplica. El santo
curó a los animales y desde entonces la jabalina lo acompañó y defendió de las
alimañas.
Su fiesta ha ido evolucionando
de forma paralela a la Historia. En el siglo XVIII se bendecía la cebada que
habrían de comer los animales, más tarde los propios animales de granja y de
tiro y hoy la puerta de la madrileña Iglesia de San Antón se llena de mascotas
-hasta boas y cerdos vietnamitas- y de dueños deseosos de encomendar su animal
al cuidado divino.
Hasta allí se acercan
cada año, según la propia iglesia, muchos ciegos para bendecir a su perro guía,
ancianos cuyo único afecto es el animal que traen, clases enteras de niños de
tres o cuatro años con una tortuga que es la mascota de la clase.
Deseamos que esta celebración sea un éxito y pueda repetirse en sucesivas ediciones
F.Trancón
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