Ennio
Sangiusto publicó en 1964 (500 millas), una melodiosa canción que transmitía a través
de la imagen del tren, la nostalgia de quien lo veía alejarse, llevando
recuerdos únicos.
La
estación de la Tabla ha visto desaparecer de su andén el trasiego de viajeros,
sin embargo, el milagro de la imagen y de la palabra, pretenden recuperar aquellas vivencias apagadas.
Espero trasladar al lector a la época en la que el
viejo tren se paraba en la Tabla, arrastrando modestos vagones de madera por
los robustos raíles de una vía menor, de un camino hoy cortado, que con el
concurso de la imaginación tal vez resucite el esplendor de un tiempo en los que
las volutas blancas de la locomotora se unían a las rizadas nubes del cielo.
F. Trancón
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